Por segunda vez en los 17 años de historia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, éste se ha quedado sin presidente a principios de año y elegirá uno en votación secreta.

Se trata de una rara disputa pública en el grupo africano sobre a quién le toca dirigir el consejo de 47 miembros. Normalmente se esfuerza por tomar decisiones en bloque.

Los diplomáticos afirman que el resultado es demasiado ajustado para la presidencia anual, un puesto prestigioso pero sobre todo simbólico que puede ayudar a impulsar las carreras políticas de los embajadores.

Marruecos reclama la soberanía sobre el Sáhara Occidental, donde el Frente Polisario, respaldado por Argelia, busca la independencia. Ha negado las acusaciones de abusos contra los derechos de sus oponentes allí.

Como parte de una estrategia más amplia, Marruecos ha estado cortejando a países, incluidos vecinos africanos, para conseguir apoyo a sus políticas para el antiguo territorio español.

Pero no ha convencido a Sudáfrica, que ayudó a organizar un acto para promover la autodeterminación del pueblo saharaui en Ginebra el año pasado.

La embajadora de Sudáfrica, Mxolisi Nkosi, declaró a Reuters que su historial de superación del apartheid y su reputación como constructora de puentes la convertían en una candidata fuerte.

Por el contrario, dijo que Marruecos era la "antítesis de lo que representa el Consejo".

"Que un país con todos estos retos aspire a ser la cara del Consejo de Derechos Humanos y, Dios no lo quiera si sale elegido, hará añicos cualquier atisbo de legitimidad que este consejo haya tenido alguna vez".

El candidato embajador de Marruecos, Omar Zniber, afirmó que Rabat había recibido el respaldo de la Unión Africana hace meses como único candidato y que era un país respetuoso con la ley que había realizado importantes progresos en materia de derechos humanos. Rechazó las críticas a sus políticas sobre el Sáhara Occidental calificándolas de "mentiras y propaganda".

El Consejo se reúne varias veces al año en Ginebra. Es el único organismo mundial intergubernamental que protege los derechos humanos en todo el mundo y puede aumentar el escrutinio de los historiales de derechos humanos de los países y autorizar sondeos.