FTX pedirá al juez de quiebras John Dorsey, de Delaware, que apruebe los procedimientos de venta de las filiales LedgerX, Embed, FTX Japón y FTX Europa como forma de recaudar fondos para los clientes, que han perdido potencialmente miles de millones de dólares.

El fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, de 30 años, fue acusado de dos cargos de fraude electrónico y seis de conspiración el mes pasado en un tribunal federal de Manhattan por robar presuntamente depósitos de clientes para pagar deudas de su fondo de cobertura, Alameda Research, y mentir a los inversores de capital sobre la situación financiera de FTX. Se ha declarado inocente.

Las cuatro empresas que FTX pretende vender son relativamente independientes del grupo más amplio FTX, y cada una tiene sus propias cuentas de clientes segregadas y equipos de gestión separados, según los documentos judiciales de FTX.

La criptobolsa ha dicho que no se compromete a vender ninguna de las empresas, pero que recibió docenas de ofertas no solicitadas. FTX espera generar ofertas adicionales programando subastas en febrero y marzo.

El U.S. Trustee, un organismo de vigilancia de quiebras que forma parte del Departamento de Justicia, se ha opuesto a la venta de las filiales antes de que se pueda realizar una investigación exhaustiva sobre el alcance del fraude de FTX supuestamente llevado a cabo por Bankman-Fried.

El otrora multimillonario ha reconocido deficiencias en las prácticas de gestión de riesgos de FTX, pero ha dicho que no cree que sea penalmente responsable.

Además de los fondos perdidos de los clientes, el colapso de la empresa también ha costado a los inversores de capital potencialmente miles de millones de dólares. Algunos de esos inversores fueron revelados en una presentación judicial del lunes, entre ellos la estrella del fútbol americano Tom Brady, la ex esposa de Brady, la supermodelo Gisele Bündchen, y el propietario de los New England Patriots, Robert Kraft.

FTX ha pedido mantener en secreto los nombres de sus clientes durante al menos seis meses, ante las objeciones de medios de comunicación como el New York Times y el fiduciario estadounidense. FTX ha dicho que puede solicitar más prórrogas, sujetas a revisión judicial.

La empresa ha argumentado que las normas típicas de la quiebra, que exigen revelar información sobre los acreedores, incluidos hasta 9,5 millones de clientes, podrían exponerlos a estafas, violar las leyes de privacidad y permitir que los rivales los cazaran furtivamente, socavando el valor de FTX mientras busca compradores.

La petición de FTX ha recibido el apoyo de su comité oficial de acreedores y de grupos ad hoc de clientes de FTX.

Las empresas de medios de comunicación han argumentado que no se debe permitir a los acreedores luchar de forma anónima sobre cuánto dinero deben recibir.