La votación enfrenta al Partido Bharatiya Janata (BJP) de Modi con una alianza de dos docenas de partidos de la oposición que le desafían con promesas de mayor discriminación positiva, más limosnas y lo que dicen que es la necesidad de salvar las instituciones democráticas del gobierno dictatorial de Modi.
El gigantesco ejercicio, en el que participan casi mil millones de votantes, se extenderá durante siete días por todo el país más poblado del mundo, en pleno calor veraniego. Finaliza el 1 de junio y los votos se contarán el 4 de junio.
El viernes, en la mayor de las siete fases, votarán 166 millones de electores en 102 circunscripciones de 21 estados y territorios.
Las encuestas sugieren que el BJP obtendrá fácilmente la mayoría, a pesar de que los votantes están muy preocupados por el desempleo, la inflación y la angustia rural en la principal economía de más rápido crecimiento del mundo, con la atención puesta en si el BJP puede mejorar su victoria de 2019 y por cuánto.
"En los próximos cinco años, llevaremos a nuestra nación a estar entre las tres primeras economías del mundo, lanzaremos un asalto final y decisivo contra la pobreza, abriremos nuevas vías de crecimiento... desvelaremos la próxima generación de reformas y tomaremos una serie de decisiones y medidas a favor del pueblo", escribió Modi en el manifiesto electoral del BJP.
El manifiesto y el tema de la campaña del BJP se titulan "Modi Ki Guarantee" o la garantía de Modi de cumplir las promesas hechas a los votantes, subrayando el inusual discurso centrado en el líder y de estilo presidencial en un sistema parlamentario.
Si gana, Modi será el segundo primer ministro indio elegido tres veces consecutivas, después del líder posterior a la independencia Jawaharlal Nehru.
Modi afirma que sus dos primeros mandatos fueron aperitivos y que el plato principal se servirá en el tercer mandato. Las vallas publicitarias del BJP en pueblos y ciudades destacan una serie de logros, como el histórico aterrizaje de India en el polo sur de la Luna y la lucha contra la corrupción, para cortejar a los votantes.
El nacionalismo hindú es un tema clave. El gobierno de Modi y el BJP son acusados por los críticos de discriminar o dirigirse a los 200 millones de musulmanes minoritarios de la India para complacer a su base hindú de línea dura, acusaciones que ambos niegan. La violencia esporádica entre hindúes y musulmanes sigue estallando.
UNA OPOSICIÓN DÉBIL Y FRAGMENTADA
La alianza opositora INDIA afirma que las elecciones son una batalla ideológica que se libra para impedir que el BJP acabe con la Constitución y el sistema democrático.
Rahul Gandhi, líder del principal partido de la oposición, el Congreso, afirmó que el BJP siempre trata de desviar la atención de los principales problemas, como el desempleo y la subida de los precios.
"A veces el primer ministro se sumerge en el océano y a veces está en un hidroavión pero no habla de los problemas", dijo Gandhi, refiriéndose a los compromisos ampliamente publicitados de Modi en los últimos meses.
Mientras la alianza ha luchado por forjar la unidad y presentar candidatos comunes contra el BJP, ha acusado al gobierno de negarle la igualdad de condiciones al detener a líderes de la oposición en casos de corrupción y hacer enormes exigencias fiscales antes de la votación, acusaciones que el gobierno niega.
Chandrachur Singh, profesor de política en el Hindu College de Delhi, afirmó que el BJP tiene una clara ventaja, pero también se enfrenta a verdaderos desafíos.
"No son unas elecciones en las que no haya problemas", dijo. "Hay cuestiones que podrían haber llevado a la antiincumbencia. Pero eso es algo que no está siendo canalizado o aprovechado por una oposición fragmentada, dividida y débil."
"Eso es lo que está provocando una especie de desilusión entre los votantes y permitiendo que el BJP se ponga por delante".
