El índice de precios al consumo (IPC) subyacente a nivel nacional, que excluye los alimentos frescos, subió un 2,2% con respecto al año anterior, tras subir un 2,6% en marzo. Coincidió con la previsión mediana del mercado.
El índice "subyacente básico", que excluye tanto los alimentos frescos como los costes energéticos y es seguido de cerca por el Banco de Japón como indicador clave de las tendencias más generales de la inflación, subió un 2,4% tras aumentar un 2,9% en marzo.
Los datos de inflación se consideran clave para las futuras decisiones sobre subidas de tipos del Banco de Japón (BOJ), que quiere impulsar los tipos de interés al alza aunque de forma gradual tras poner fin a los tipos negativos en marzo en un cambio histórico de su política monetaria superfácil de una década.
El BOJ ha dicho que un ciclo virtuoso de consecución sostenida y estable de su objetivo de precios del 2% y un fuerte crecimiento salarial es crucial para normalizar la política.
Las crecientes apuestas por un mayor endurecimiento de la política del BOJ este año llevaron el rendimiento de los bonos del Estado a 10 años de Japón al 1% brevemente esta semana, un nivel no visto desde mayo de 2013, en los primeros días del experimento sin precedentes de flexibilización de la política del ex gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda.
La especulación se ha visto impulsada en parte por la persistente debilidad del yen, que según los mercados podría obligar al BOJ a adelantar la próxima subida de los tipos de interés para suavizar su impacto en el coste de la vida.
El debilitamiento del yen, al tiempo que hace subir los precios de las importaciones, amenaza con exacerbar aún más el poder adquisitivo de los hogares y lastrar el consumo. (Reportaje de Makiko Yamazaki y Satoshi Sugiyama Edición de Chang-Ran Kim)
