La moción se presentará ahora el lunes, después de lo cual deberán celebrarse siete días de debate antes de una votación real.

La agitación política se produce mientras Pakistán se enfrenta a una crisis económica recurrente, y el gobierno de Khan confía en que el Fondo Monetario Internacional libere el siguiente tramo de un paquete de rescate de 6.000 millones de dólares para apuntalar las menguantes reservas de divisas.

Khan, antiguo capitán del equipo nacional de críquet de Pakistán, llegó al poder en 2018, después de que los líderes de los dos partidos mayoritarios del país quedaran desacreditados por acusaciones de corrupción.

Los analistas políticos dicen que los poderosos militares del país habían apoyado el ascenso de Khan al poder, y que los generales se han desencantado ahora con su liderazgo. Khan ha negado haber recibido el respaldo de los militares.

Durante la última lucha por el poder, los militares han dicho que se mantendrán neutrales, dejando que sean los partidos políticos los que decidan el destino de Khan.

El líder de la oposición, Shehbaz Sharif, de la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz, apuntó a Asad Qaisar, el presidente de la cámara baja, por aplazar el procedimiento de no confianza hasta después del fin de semana.

"Protestamos enérgicamente por ello", dijo Sharif en una conferencia de prensa el viernes.

Bilawal Bhutto Zardari, líder del rival Partido Popular de Pakistán, describió al presidente de la cámara como un "servidor personal" del primer ministro.

El orador dijo en una transmisión en directo que suspendió los procedimientos para cumplir con una antigua tradición de abstenerse de llevar a cabo los asuntos parlamentarios en el primer día de una sesión convocada poco después de la muerte de un diputado.

En las últimas semanas, más de 20 legisladores han abandonado a Khan, dejándole sin el mínimo de 172 que necesita para obtener la mayoría simple en el parlamento. Los analistas políticos esperan que los partidarios de Khan aprovechen el fin de semana para convencer a algunos de los tránsfugas de que vuelvan al redil.

Mientras tanto, una revisión del FMI que estaba prevista para esta semana aún no se ha producido, y minada por la incertidumbre política la rupia sigue bajo presión, con las reservas de divisas del banco central habiendo caído a 14.900 millones de dólares a fecha de 18 de marzo.