Los gestores decidieron vender acciones chinas en medio del aumento de las tensiones geopolíticas entre la segunda mayor economía del mundo y Estados Unidos.

"A medida que aumentaban las preocupaciones en torno a la geopolítica, la renta variable china se vendió en términos netos por primera vez en un mes, impulsada por la reversión de riesgos, con las ventas largas superando a las coberturas cortas", dijo Goldman Sachs, añadiendo que los inversores habían vendido acciones tanto en el extranjero como en tierra firme.

Además de los riesgos geopolíticos, los gestores vigilan de cerca la recuperación económica de China tras el desplome del COVID-19. El índice MSCI ha subido un 9,6% este año, tras una caída del 22% en 2022.

Goldman Sachs recopiló datos de sus clientes, entre los que se incluyen fondos de cobertura y otros grandes gestores de dinero, para el periodo comprendido entre el 7 y el 13 de abril.

La exposición bruta a China, que incluye las posiciones cortas y largas de los fondos, bajó un 2,6% en este periodo.

Al tiempo que vendían China, los fondos de cobertura compraron en neto acciones energéticas estadounidenses al ritmo más rápido de los últimos tres meses, según Goldman Sachs. Este movimiento se vio impulsado por el repunte del precio del crudo este año, después de que Arabia Saudí y sus aliados de la OPEP+ sorprendieran a los operadores anunciando un recorte inesperado de su objetivo de producción a principios de abril.

El banco señaló que las compras netas estadounidenses de la semana pasada se situaron a un ritmo casi récord en los últimos cinco años.