El lote de pruebas gratuitas tiene como objetivo aliviar la escasez de pruebas de COVID-19 en todo el país en medio de la creciente demanda durante la rápida propagación de la variante Omicron.

El gobierno estadounidense ha contratado ya más de 420 millones de pruebas, según la Casa Blanca.

El presidente Joe Biden se ha comprometido a procurar 1.000 millones de pruebas gratuitas para los estadounidenses, y es posible que se pidan más en el futuro. "No estamos diciendo que nos detengamos ahí", dijo un alto funcionario de la administración a los periodistas en una conferencia telefónica.

La administración también planea lanzar una línea telefónica para que las personas que no tienen acceso a la web puedan pedir las pruebas.

Una vez pedidas, las pruebas se enviarán a los hogares estadounidenses por el Servicio Postal de Estados Unidos. Cada hogar está limitado a cuatro mascarillas.

El presidente del Sindicato de Trabajadores Postales de Estados Unidos, Mark Dimondstein, dijo que el sindicato había acordado permitir al USPS utilizar hasta 7.000 trabajadores temporales para etiquetar y empaquetar los kits de pruebas en 43 instalaciones existentes. Muchos de ellos son trabajadores de vacaciones retenidos para el proyecto.

Los kits podrían ser enviados por correo a hasta 160 millones de direcciones estadounidenses, dijo Dimondstein. El USPS ya ha traído algunas máquinas de etiquetado. "Estamos en marcha", dijo Dimondstein.

El gobierno de Biden ha contratado más de 420 millones de pruebas y en las próximas semanas se adjudicarán más contratos, según la Casa Blanca. Se espera pagar unos 4.000 millones de dólares para cubrir los primeros 500 millones de pruebas que prometió Biden, dijo el funcionario de la administración.

La lucha contra la pandemia es una de las principales prioridades de Biden y su persistencia, unida al cansancio del público, ha perjudicado sus índices de aprobación casi un año después de que asumiera el cargo prometiendo hacer un mejor trabajo para domar el virus que su predecesor, el ex presidente Donald Trump.

Los críticos han dicho que, aunque la administración centró su atención en conseguir que los estadounidenses se vacunaran, no hizo lo suficiente para fomentar el uso de mascarillas y estimular las pruebas, un déficit que la Casa Blanca ha parecido intentar abordar con las entregas de pruebas a domicilio y la promesa de hacer llegar también más mascarillas al público.