En conjunto, los inversores extranjeros añadieron 37.400 millones de dólares a las carteras de los mercados emergentes el mes pasado, con la renta fija atrayendo 14.400 millones en las entradas mensuales más fuertes en lo que va de año.

Los flujos hacia la renta variable china también registraron su mayor aumento mensual este año, con 8.500 millones de dólares, pero la deuda china siguió experimentando salidas que ya suman casi 77.000 millones de dólares en 2022.

"Los flujos de inversores no residentes hacia China se han detenido esencialmente, lo que concuerda con las anécdotas que recogemos de los participantes en el mercado, que se han vuelto más sensibles al riesgo geopolítico", afirmó el economista del IIF Jonathan Fortun en un informe junto a los datos de flujos.

China suavizó esta semana las normas de cuarentena del COVID-19 en un importante ajuste de política que podría invertir el flujo de efectivo hacia las carteras de la segunda mayor economía del mundo.

Los índices bursátiles chinos han tenido un año difícil y los bajos precios han seducido a los inversores incluso antes de las nuevas normas COVID. Las acciones de Shanghái subieron casi un 9% el mes pasado y han bajado un 12% en lo que va de año, mientras que las de Hong Kong, que han bajado un 17% en lo que va de 2022, sumaron un 27% sólo el mes pasado. El índice MSCI de China, cotizado en dólares, subió casi un 30% en noviembre.

El yuan ganó un 3% el mes pasado frente al dólar, pero sigue perdiendo cerca de un 9% este año, camino de registrar las mayores pérdidas anuales en casi tres décadas.

Los datos regionales del IIF mostraron una entrada de 25.600 millones de dólares en Asia, mientras que América Latina se llevó unos 8.200 millones, la mayor cantidad desde marzo, y Europa emergente otros 3.200 millones. África y Oriente Medio captaron 400 millones de dólares, en la primera lectura positiva desde marzo.