JERUSALÉN, 16 abr (Reuters) - Los israelíes esperaban noticias sobre cómo respondería el primer ministro Benjamín Netanyahu al primer ataque directo de la historia desde suelo iraní, mientras crecía la presión internacional en favor de la moderación en medio del temor a una escalada del conflicto en Oriente Próximo.

Netanyahu convocó el lunes a su gabinete de guerra por segunda vez en menos de 24 horas para sopesar una respuesta al ataque iraní con misiles y drones del fin de semana, dijo una fuente gubernamental.

El jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, dijo que Israel respondería. No dio más detalles.

"Este lanzamiento de tantos misiles, misiles de crucero y drones contra territorio israelí será respondido", dijo en la base aérea de Nevatim, en el sur de Israel, que sufrió algunos daños en el ataque del sábado por la noche.

La perspectiva de represalias israelíes ha alarmado a muchos iraníes que ya soportan el dolor económico y controles sociales y políticos más estrictos desde las protestas de 2022-23.

Irán responderá a cualquier acción contra sus intereses, dijo el presidente Ebrahim Raisi al emir qatarí, el jeque Tamim bin Hamad al-Zani el martes, según la Agencia de Noticias Estudiantil Iraní.

Irán lanzó el ataque en represalia por el ataque aéreo del 1 de abril contra el complejo de su embajada en Damasco, del que culpa a Israel, y señaló que no busca una nueva escalada.

Aunque el ataque no causó víctimas mortales y los daños fueron limitados, ha aumentado el temor a una guerra abierta entre ambos países, enemigos desde hace mucho tiempo, y ha avivado la preocupación de que se extienda la violencia originada en la guerra de Gaza.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo a Netanyahu el fin de semana que Estados Unidos, que ayudó a Israel a neutralizar el ataque iraní, no participará en un contraataque israelí.

Desde que comenzó la guerra en Gaza en octubre, han estallado enfrentamientos entre Israel y grupos alineados con Irán en Líbano, Siria, Yemen e Irak. Israel declaró que cuatro de sus soldados resultaron heridos a cientos de metros dentro del territorio libanés durante la noche.

Parecía ser el primer incidente de este tipo conocido desde que estalló la guerra de Gaza, aunque se han producido varios intercambios de disparos entre Israel y el grupo armado libanés Hezbolá.

"Estamos al borde del precipicio y hay que alejarse de él", dijo Josep Borrell, el alto representante de la UE para la Política Exterior, a la emisora de radio española Onda Cero. "Hay que poner el freno y la marcha atrás".

El presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el ministro de Exteriores británico, David Cameron, hicieron llamamientos similares. Washington y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, también han pedido contención.

El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, declinó el lunes decir si Biden instó a Netanyahu en las conversaciones del sábado por la noche a ejercer moderación en la respuesta a Irán.

"No queremos ver una guerra con Irán. No queremos ver un conflicto regional", dijo Kirby en una sesión informativa, añadiendo que correspondía a Israel decidir "si responderán y cómo lo harán".

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, dijo que las acciones de Irán amenazan la estabilidad en Oriente Próximo y podrían causar repercusiones económicas. Estados Unidos recurrirá a las sanciones y trabajará con sus aliados para seguir desbaratando la "actividad maligna y desestabilizadora" de Irán, añadió.

Sin embargo, según algunos analistas, es poco probable que la administración Biden adopte sanciones drásticas contra las exportaciones de petróleo iraníes, ya que temen que se disparen los precios del crudo y se enfade el principal comprador, China.

En una llamada telefónica entre los ministros de Asuntos Exteriores chino e iraní, China declaró que creía que Irán podría "manejar bien la situación y evitar más agitación en la región", salvaguardando al mismo tiempo su soberanía y dignidad, según los medios estatales chinos.

Rusia se ha abstenido de criticar públicamente a su aliado Irán, pero también ha instado a la moderación.

"Una nueva escalada no beneficia a nadie", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

EL G7 ESTUDIA SANCIONES CONTRA IRÁN

El ataque de represalia de Irán, en el que se usaron más de 300 misiles y drones, causó daños moderados en Israel e hirió a una niña de 7 años. La mayoría fueron derribados por el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro y con ayuda de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Jordania.

En la propia Gaza, donde más de 33.000 palestinos han muerto en la ofensiva israelí según cifras del Ministerio de Sanidad de Gaza, la acción de Irán suscitó aplausos.

Israel comenzó su campaña contra Hamás después de que el grupo militante palestino atacara Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y tomando 253 rehenes según los recuentos israelíes.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, declaró que el Grupo de las Siete principales democracias estaba trabajando en un paquete de medidas coordinadas contra Irán.

"He hablado con mis colegas líderes del G7, estamos unidos en nuestra condena de este ataque", dijo Sunak en el Parlamento.

Italia, que ostenta la presidencia rotatoria del G7, se mostró abierta a nuevas sanciones y sugirió que cualquier nueva medida iría dirigida a individuos. En una entrevista con Reuters, el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, dijo que todos los miembros del G7 tendrían que respaldar nuevas sanciones.

El ataque iraní ha perturbado los viajes, y al menos una docena de aerolíneas han cancelado o desviado vuelos, y el regulador europeo de la aviación ha reafirmado su recomendación de que las compañías aéreas actúen con precaución en el espacio aéreo israelí e iraní.

(Información de James MacKenzie y Maayan Lubell en Jerusalén, Parisa Hafezi en Dubai, Jeff Mason y Daphne Psaledakis en Washington, Suleiman al-Khalidi en Ammán y Nidal al-Mughrabi y Adam Makary en El Cairo; textos de Jonathan Landay y Lincoln Feast; editado por Rosalba O'Brien y Miral Fahmy; editado en español por Javi West Larrañaga)