Por William James

LONDRES (Reuters) -El primer ministro británico, Rishi Sunak, y su rival del Partido Laborista, Keir Starmer, iniciaron el jueves sus campañas electorales, cada uno con el argumento de que sólo ellos pueden sacar al país de su malestar económico y político.

Sunak, cuyo Partido Conservador se sitúa por detrás del Laborista en unos 20 puntos porcentuales en los sondeos de opinión, sorprendió y enfureció a muchos en su partido cuando apostó por convocar elecciones para el 4 de julio, meses antes de lo previsto.

El jueves afirmó que la economía estaba dando un giro y que tenía un plan para atajar la inmigración ilegal. Pero con una subida de los precios del 21% en los últimos tres años y el servicio nacional de salud saturado con tiempos de espera récord, puede ser difícil persuadir a los votantes de que Reino Unido va por el buen camino.

"Aunque queda trabajo por hacer y sé que tardarán en ver los beneficios, el plan está funcionando", dijo Sunak a los votantes en un acto con trabajadores en el centro de Inglaterra.

Sunak, exbanquero de inversiones, anunció su decisión bajo la lluvia torrencial del miércoles en Downing Street, teniendo que gritar para hacerse oír por encima de manifestantes que hacían sonar la canción "Things Can Only Get Better" (Las cosas sólo pueden mejorar), un himno asociado a la aplastante victoria electoral de los laboristas en 1997 bajo Tony Blair que puso fin al último periodo largo de Gobierno conservador.

Sunak también admitió el jueves que los primeros vuelos de envío de inmigrantes ilegales a Ruanda, una medida polémica que está enredada en los trámites legales, no comenzarían antes de la votación.

Sin embargo, recibió un espaldarazo cuando Nigel Farage, antiguo defensor del Brexit, dijo que no se presentaría a las elecciones como candidato de Reforma, lo que probablemente reduzca el atractivo del partido de derechas y limite su capacidad de erosionar la base de votantes de los conservadores.

Está en juego el control de la sexta mayor economía del mundo, que ha soportado años de bajo crecimiento y alta inflación, sigue teniendo dificultades derivadas del referéndum de 2016 que llevó a la salida de la Unión Europea y se recupera lentamente del doble impacto del COVID-19 y de la subida de los precios de la energía provocada por la guerra en Ucrania.

Este telón de fondo convierte a la economía en uno de los campos de batalla electorales más importantes.

AGITACIÓN POLÍTICA

Las encuestas muestran que los votantes quieren un cambio, aunque Starmer y su partido laborista no les entusiasmen demasiado, tras 14 años de Gobierno conservador marcados por unos niveles sin precedentes de agitación política y los problemas derivados de la denominada guerra cultural.

Kitty McMurray, trabajadora de una cafetería, dijo que el país necesitaba unas elecciones porque tenía la sensación de que todo se estaba desmoronando. "Adelante", dijo esta mujer de 29 años.

En un acto celebrado en Gillingham (sureste de Inglaterra), Starmer dijo a los votantes que quería renovar, reconstruir y revitalizar Reino Unido. Se centró en las carencias y en las barreras invisibles que impiden a muchos mejorar su suerte.

Refiriéndose a los niños que viven en zonas urbanas donde están presentes grandes empresas como Google, Starmer dijo: "No pueden imaginarse a sí mismos realizando ese trayecto desde su escuela hasta esos puestos de trabajo pese a que solo son unos cientos de metros".

Starmer, exabogado de 61 años que ha reconducido la política laborista hacia el centro tras una etapa de liderazgo izquierdista sin éxito electoral, ha presentado a su partido como el que traerá el cambio para un electorado descontento.

Si los laboristas ganan las elecciones, pondrán fin a 14 años de Gobierno conservador y Reino Unido, antaño conocida por su estabilidad política, habrá tenido seis primeros ministros en ocho años, la mayor rotación desde la década de 1830.

Mientras la maquinaria electoral se ponen en marcha, se espera que la actividad en el Parlamento se acelere, ya que, el Gobierno está estudiando cuáles de las leyes actualmente en trámite se aprobarán a toda prisa y cuáles se quedarán en el camino.

Entre las leyes que se están debatiendo figura el plan de Sunak de imponer una de las normas antitabaco más estrictas del mundo, que prohibiría que los menores de 15 años compren cigarrillos.

(Información de William James; editado por Daniel Wallis y Alex Richardson; editado en español por Mireia Merino)