No se han revelado detalles sobre el tamaño o el coste de la compra.

El fabricante del iPhone ha estado tomando medidas para reducir su uso del metal intensivo en carbono que emite gases de efecto invernadero directos del proceso de fundición y ha provocado el descontento de consumidores, activistas e inversores debido a su impacto medioambiental.

Apple compró por primera vez un lote más pequeño del metal fabricado en laboratorio en 2019 a Elysis, una empresa conjunta con sede en Montreal entre dos de los mayores proveedores de aluminio del mundo: Alcoa Corp y Rio Tinto. Había utilizado el metal en su MacBook Pro de 16 pulgadas.

Elysis había planeado originalmente comercializar su tecnología, que utiliza un ánodo de cerámica para fabricar aluminio y que sólo emite oxígeno, para 2024.