Thyssenkrupp dijo el jueves que el beneficio operativo se multiplicó casi por cinco en su primer trimestre, ya que sus dos mayores divisiones -acero y comercio de materiales- se beneficiaron de unos precios del acero significativamente más altos.

Su rival más grande, ArcelorMittal, también apuntó a los vientos de cola de la subida de los precios de venta gracias a la recuperación de la economía mundial y al aumento de la demanda de acero.

El beneficio ajustado antes de intereses e impuestos (EBIT) de Thyssenkrupp se situó en 378 millones de euros (432 millones de dólares) en el periodo octubre-diciembre, los tres primeros meses del año fiscal del grupo, frente a los 78 millones del año anterior.

Sin embargo, el flujo de caja libre antes de las fusiones y adquisiciones fue negativo en 858 millones de euros, debido a un aumento del capital circulante relacionado con "los continuos cuellos de botella en la cadena de suministro, con los consiguientes retrasos en los pedidos de los clientes", dijo la empresa.

"Tuvimos un buen primer trimestre", dijo el director financiero Klaus Keysberg. "Pero aún no estamos donde queremos estar, por lo que no cejamos en nuestro empeño y seguimos trabajando a toda velocidad en la ejecución de nuestro plan".

El grupo, que fabrica desde piezas de automóviles hasta submarinos, sigue esperando un EBIT ajustado para todo el año de entre 1.500 y 1.800 millones de euros y un flujo de caja libre antes de fusiones y adquisiciones para alcanzar el punto de equilibrio.

Las acciones de la empresa cayeron hasta un 3%, cediendo las ganancias anteriores, ya que los temores sobre la cadena de suministro y la preocupación por los flujos de caja libres negativos pesaron más que los resultados positivos.

El EBIT ajustado de la división siderúrgica del grupo, que podría escindirse en algún momento pero no este año, se multiplicó por seis hasta alcanzar los 124 millones de euros, ya que el aumento de los precios de venta compensó una fuerte subida de los costes de las materias primas y la energía.

Por su parte, la unidad de tecnología de automoción de Thyssenkrupp tuvo que hacer frente a la escasez de semiconductores, lo que provocó que el beneficio operativo se redujera en dos tercios en el periodo.

(1 dólar = 0,8750 euros)