Por Stu Woo en Londres y Yang Jie en Tokio 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

Algunas de las máquinas más importantes para la industria tecnológica se fabrican junto a campos de maíz en Países Bajos y el Gobierno estadounidense intenta asegurarse de que no acaben en China.

Pekín ha estado presionando al Gobierno holandés para que permita a sus empresas comprar el producto estrella de ASML Holding NV: una máquina llamada sistema de litografía ultravioleta extrema, que es esencial para la fabricación de microprocesadores avanzados.

Estas máquinas de 180 toneladas son utilizadas por empresas como Intel Corp, Samsung Electronics Co o Taiwan Semiconductor Manufacturing Co, principal proveedor de Apple Inc, para fabricar los chips utilizados para todo tipo de productos, desde teléfonos inteligentes de última generación o equipos móviles 5G hasta ordenadores utilizados para el desarrollo de inteligencia artificial.

China desea que sus fabricantes nacionales de chips utilicen estas máquinas de US$150 millones, con el fin de que el gigante de los smartphones Huawei Technologies Co y otras tecnológicas chinas dependan menos de los suministros extranjeros. Pero ASML no ha enviado ninguna porque Países Bajos --bajo presión de Estados Unidos-- no ha otorgado una licencia de exportación a China.

La Administración Biden ha pedido al Gobierno holandés que restrinja las ventas por temas de seguridad nacional, según fuentes estadoundienses. Así, el nuevo Ejecutivo sigue la senda marcada ya por la Administración Trump, que fue la primera que identificó el valor estratégico de la máquina y se puso en contacto con las autoridades holandesas.

Washington ha puesto en el punta de mira a empresas chinas como Huawei y también ha intentado convencer a sus aliados de que restrinjan el uso de equipos de Huawei por temor a que el Gobierno chino los use para espiar, un argumento de Huawei califica de infundado. Pero la presión sobre ASML y Países Bajos es distinta y es un daño colateral en la Guerra Fría tecnológica entre Estados Unidos y China.

El consejero delegado de ASML, Peter Wennink, ha señalado que las restricciones a las exportaciones podrían resultar contraproducentes. "En lo referente a temas de seguridad nacional concretos y específicos, los controles a la exportación son una herramienta válida", dijo en un comunicado. "Sin embargo, en el marco de una estrategia nacional más amplia sobre liderazgo en materia de semiconductores, los gobiernos deben pensar que si se abusa de estas herramientas, podría ralentizarse la innovación a medio plazo al reducirse la I+D". Agregó que cabe la posibilidad de que a corto y medio plazo el uso de controles de exportación "reduzca la cantidad de capacidad mundial de fabricación de chips, exacerbando los problemas de la cadena de suministro".

La presión de Estados Unidos ha provocado que las relaciones entre China y Países Bajos se vuelvan tirantes. Las autoridades chinas preguntan regularmente a las holandesas por qué no otorgan la licencia que permitiría a ASML enviar las máquinas a China, según fuentes con conocimiento de la situación. El año pasado, el embajador chino de entonces en Países Bajos dijo a un diario holandés que las relaciones comerciales entre ambas naciones se verían dañadas si no se permitiera a ASML enviar sus máquinas a China.

La presión estadounidense comenzó durante la Administración Trump. Charles Kupperman, viceasesor en materia de seguridad nacional en esa época, dijo que había avisado de que las máquinas de ASML no funcionarían sin componentes estadounidenses y que la Casa Blanca tenía autoridad para restringir las exportaciones de esas piezas a Países Bajos.

ASML espera fabricar 42 de estas máquinas de la discordia este año y 55 el próximo. Wennink dijo a los analistas recientemente que las restricciones a la venta a China no han dañado al negocio porque la demanda de otros países es elevada. En 2020, ASML registró ventas por valor de unos US$16.500 millones y un beneficio de en torno a US$4.100 millones. Y el precio de su acción se ha multiplicado por siete en los últimos cinco años.

--Bob Davis en Washington contribuyó a este artículo

-Escriba a Stu Woo a Stu.Woo@wsj.com y Yang Jie a jie.yang@wsj.com

Versión española de María Elsa González maria.gonzalez@dowjones.com

Editado por RMR

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July 19, 2021 06:42 ET (10:42 GMT)