Por Dan Gallagher 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

La naturaleza extremadamente cara de la fabricación de chips hace que la eficiencia sea fundamental. Pero para algunos productores de estos equipos, la ineficiencia podría ser la salvación.

Consideremos ASML. Las herramientas de litografía ultravioleta extrema --o EUV, por sus siglas en inglés-- de la compañía holandesa son tan importantes para una fabricación avanzada de chips que las compañías de semiconductores que desean producir procesadores de última generación para productos como ordenadores personales, teléfonos inteligentes, centros de datos o redes simplemente no pueden pasar sin ellas. Eso también ha convertido ASML en un arma vital en la Guerra Fría mundial de los semiconductores.

Estados Unidos ha presionado al Gobierno holandés para evitar que esas herramientas EUV se suministren a fabricantes de chips chinos. Lo cual supone un problema para ASML, puesto que China es ya el mayor mercado de equipos de semiconductores del mundo, con el 26% de las ventas el año pasado, según la asociación SEMI.

Pero la política está afectando al mercado de equipos de chips de otras maneras también. Los gobiernos de Estados Unidos y de Europa se han centrado en potenciar las capacidades nacionales de fabricación de chips ante la enorme escasez en la producción internacional. Eso ha tenido como resultado un apoyo estatal directo al sector. El Senado estadounidense aprobó una ley el mes pasado que pedía subsidios por valor de US$52.000 millones para impulsar la producción nacional de chips.

Las plantas en las que se fabrican los chips son caras de construir y equipar, por lo que los fabricantes suelen gestionar su crecimiento con cuidado en base a la demanda mundial. Pero un florecimiento de estos centros gracias a las subvenciones de los gobiernos probablemente generará algunas ineficiencias en el sistema. El consejero delegado de ASML, Peter Wennink, dijo el miércoles en la conferencia de presentación de resultados del segundo trimestre de su empresa que tales defectos podrían dar crear una demanda adicional de equipos. Además, predijo que la ineficiencia "se gestionará de forma racional por unos cuantos fabricantes muy grandes".

Eso será crucial para ASML mientras se embarca en una expansión agresiva. Las herramientas EUV no se fabrican rápidamente; se tardan 12 meses en hacer las lentes empleadas por los aparatos láser. Pero ASML aún prevé aumentar su capacidad de producción a 55 herramientas EUV el próximo año y más de 60 al año para 2023. El pasado ejercicio, la compañía produjo 35 herramientas EUV.

ASML corre poco peligro de perder ventas mientras se expande, ya que sigue siendo el único actor relevante en el campo de la litografía EUV. Los ingresos en el segundo trimestre repuntaron un 21% interanual y el miércoles anticipó que alcanzará un nivel récord de facturación de EUR5.300 millones en el tercer trimestre, en torno a un 13% más de lo que espera Wall Street.

La demanda es tan dinámica en este momento que los clientes de ASML a veces piden que las máquinas se entreguen sin que hayan sido sometidas a un examen completo. Se encuentra en una buena posición y eso se refleja en la valoración del grupo: su acción cotiza a 42 veces sus beneficios futuros, más del doble de los múltiplos de sus competidores Applied Materials, KLA y Lam Research.

Wennink dijo el miércoles que la compañía tendrá que "esperar a ver qué pasa" respecto a la situación con China. Pero dado que la demanda es tan robusta en todo el mundo, ASML todavía puede depender de sí misma.

-Escriba a Dan Gallagher a dan.gallagher@wsj.com

Versión española de Carlos López Perea carlos.perea@dowjones.com

Editado por MEG

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July 22, 2021 07:46 ET (11:46 GMT)