Lorenzo Simonelli, CEO de Baker Hughes, destacó recientemente el crecimiento simultáneo de la demanda tanto de combustibles fósiles como de energías limpias. La empresa, conocida por su experiencia en el sector del petróleo y el gas, se posiciona así en dos frentes energéticos.

En términos de cifras, Baker Hughes ha registrado pedidos por valor de más de 750 millones de dólares en el sector de las energías renovables en 2023, y espera alcanzar hasta 1.000 millones de dólares este año. Para 2030, la empresa espera que estas cifras aumenten hasta los 7.000 millones de dólares.

Simonelli subraya que el objetivo no es sólo producir más energía, sino también hacerlo de forma más limpia. Para lograrlo, Baker Hughes pretende apoyarse en una combinación de crecimiento orgánico y adquisiciones estratégicas. Entre las tecnologías prometedoras que menciona están la captura directa de carbono, el uso de microturbinas y las soluciones integradas de producción de energía limpia, como la desarrollada en colaboración con NetPower, capaz de suministrar 300 megavatios de energía limpia.

El mensaje es claro: el futuro de la energía será diversificado, y la tecnología desempeñará un papel clave. Baker Hughes parece decidida a no perderse la transición energética, sin dejar de satisfacer las necesidades actuales de combustibles fósiles.

Bloomberg TV proporcionado por MT Newswires

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