El coche de concepto, llamado BMW iX Flow, utiliza la tecnología de tinta electrónica que normalmente se encuentra en los lectores electrónicos para transformar el exterior del coche en una variedad de patrones en gris y blanco.

"Se trata de un cambio de color realmente eficiente desde el punto de vista energético que utiliza la tecnología E Ink", explicó la ingeniera de investigación de BMW Stella Clarke. "Tomamos este material -es una especie de papel grueso- y nuestro reto era conseguirlo en un objeto 3D como nuestros coches".

Cuando se estimula mediante señales eléctricas controladas por una aplicación de teléfono, el material aporta diferentes pigmentos a la superficie, haciendo que el coche adopte un tono o un diseño diferente, como las rayas de carreras.

En el futuro, los cambios también se controlarían mediante un botón en el salpicadero del coche o, tal vez, incluso mediante gestos de la mano, dijo Clarke.

No se necesita energía para mantener el color que el conductor seleccione, según BMW.

"Mi caso de uso favorito es la utilización del color para influir en los reflejos de la luz solar", dijo Clarke. "En un día caluroso y soleado como hoy, se podría cambiar el color blanco para reflejar la luz del sol. En un día frío, podría cambiarlo a negro para absorber el calor".

Aunque el vehículo expuesto en el CES sólo podía alternar entre el gris y el blanco, la tecnología se ampliará para cubrir un espectro de colores, según BMW.