Calhoun dijo a Reuters en una breve entrevista tras una reunión en el Capitolio que apoyaba la decisión de la FAA y añadió que "no hay duda" de que la agencia tiene autoridad para imponer la restricción de aumentar la producción. "Todos queremos aviones seguros. Este es un avión seguro", dijo Calhoun, que tiene más reuniones el jueves con senadores.

La FAA dijo que la orden significaba que Boeing podía seguir produciendo jets MAX al ritmo mensual actual, pero no podía aumentar ese ritmo. No ofreció una estimación de cuánto duraría la limitación y no especificó el número de aviones que Boeing puede producir cada mes.

La FAA dijo que los aviones MAX 9 podrían reanudar los vuelos tras las inspecciones y el mantenimiento después de que la agencia dejara en tierra 171 aviones MAX 9 tras una emergencia en pleno vuelo a principios de este mes.

"Esto no será volver a la normalidad para Boeing. No accederemos a ninguna petición de Boeing para ampliar la producción ni aprobaremos líneas de producción adicionales para el 737 MAX hasta que estemos satisfechos de que se han resuelto los problemas de control de calidad descubiertos durante este proceso", dijo el miércoles el administrador de la FAA, Mike Whitaker, en un comunicado.

La posibilidad de reanudar los vuelos supuso un alivio para los operadores estadounidenses de los MAX 9, Alaska Airlines y United Airlines, que se habían visto obligados a cancelar miles de vuelos y pretenden comenzar a devolver los aviones al servicio el viernes y el domingo, respectivamente.

Pero los expertos dijeron que la respuesta de la FAA a unos controles de calidad "inaceptables" tras la pérdida de un tapón de la puerta a 16.000 pies de altura el 5 de enero podría retrasar algunas entregas de nuevos aviones a las aerolíneas y perjudicar a los proveedores, ya tambaleantes por una crisis anterior del MAX y por la pandemia.

En octubre, Calhoun dijo que la compañía planeaba alcanzar una producción de 38 aviones MAX al mes a finales de 2023.