WASHINGTON, 25 ene (Reuters) - La industria aeroespacial se enfrenta a un creciente trastorno por el incidente en pleno vuelo de un avión Boeing de Alaska Airlines, después de que los reguladores estadounidenses congelaran el aumento de la producción del 737 MAX, provocando inquietud sobre los planes de crecimiento de aerolíneas y proveedores de todo el mundo.

La Administración Federal de la Aviación (FAA) anunció una intervención sin precedentes en los planes de producción a última hora del miércoles, en una decisión de doble filo que también supuso el levantamiento de la inmovilización parcial del modelo MAX 9 una vez concluidas las inspecciones.

Según la FAA, Boeing podrá seguir produciendo los MAX al ritmo mensual actual, pero no podrá aumentarlo. No ofreció una estimación de cuánto tiempo durará la limitación y no especificó el número de aviones que pueden producirse cada mes.

Las acciones de Boeing caían un 2% en las operaciones previas a la apertura del mercado estadounidense. Las acciones de los proveedores Spirit AeroSystems restaban un 3,9% y las de Howmet Aerospace un 3,3%, mientras que la británica Senior perdía un 3,3% en las operaciones regulares.

La posibilidad de reanudar los vuelos fue un alivio para los operadores estadounidenses del MAX 9, Alaska Airlines y United Airlines, que se habían visto obligados a cancelar miles de vuelos y ahora esperan empezar a devolver los aviones al servicio el viernes y el domingo, respectivamente.

No obstante, los expertos señalaron que la respuesta de la FAA a unos controles de calidad "inaceptables" tras la pérdida de un perno de una salida sellada a unos 5.000 metros de altitud el 5 de enero podría retrasar algunas entregas de nuevos aviones a las aerolíneas y perjudicar a los proveedores, ya afectados por una crisis anterior del MAX y por la pandemia.

Ese efecto dominó comenzó a manifestarse el jueves, cuando Southwest Airlines, un fiel cliente de Boeing, modificó sus planes de flota para 2024 y dijo que espera recibir menos entregas de aviones 737 MAX.

Boeing está tratando de aumentar la producción de su familia 737 MAX de pasillo único más vendida para mantener el ritmo de la demanda y cerrar una brecha en el mercado de aviones con el fabricante europeo Airbus.

Los analistas han expresado su preocupación por la posibilidad de que un escrutinio adicional de las fábricas de Boeing tras el incidente del MAX 9 afecte al aumentos de producción del MAX 8, más pequeño y más vendido, y una fuente clave de efectivo para Boeing y muchos proveedores.

"Los problemas de garantía de calidad que hemos visto son inaceptables", dijo el administrador de la FAA, Mike Whitaker, en un comunicado en el que anunció la congelación de cualquier expansión en la producción del MAX hasta que se resuelvan los problemas. "Por eso tendremos más botas en el terreno examinando de cerca y supervisando las actividades de producción y fabricación", agregó.

Boeing dijo que continuará cooperando "de forma plena y transparente" con la FAA y seguirá las orientaciones de la agencia mientras adopta medidas para reforzar la seguridad y la calidad.

La decisión de la FAA podría afectar a los planes de poner en marcha una nueva línea 737 MAX en Everett (Washington) a mediados de 2024, tras el fin de la producción del emblemático 747 de Boeing en la enorme planta.

La línea, que será la cuarta línea 737 en total y la primera fuera de su planta de Rento, también en los suburbios de Seattle, es necesaria para satisfacer la fuerte demanda.

Boeing declinó hacer comentarios sobre el posible impacto en la línea de Everett.

Acusada en su día de ser demasiado blanda con Boeing, la FAA ha endurecido la supervisión desde que anteriores accidentes del MAX provocaron una inmovilización en todo el mundo, pero la intervención del miércoles entra un nuevo territorio, según los expertos.

Los analistas de Jefferies dijeron que el freno de la FAA a la expansión parece "restrictivo" y carece de un calendario definitivo. "Es probable que estas acciones ejerzan presión sobre cualquier rampa de producción a corto plazo, pero parecen estar más relacionadas con el calendario", indicaron.

Algunas aerolíneas podrían verse "significativamente" afectadas por la congelación de la producción, según una fuente de alto nivel del sector, aunque muchas han tenido en cuenta ya algunos retrasos a medida que las empresas aeroespaciales siguen recuperándose de la pandemia.

(Reporte adicional de Tim Hepher en París, Rajesh Kumar Singh en Chicago, Sophie Yu en Pekín y Abhijith Ganapavaram en Bengaluru; editado en español por Carlos Serrano)