La brusca venta masiva de acciones estadounidenses a última hora del miércoles sacudió a los inversores que habían estado sentados esperando disfrutar del "rally de todo" hasta finales de año.

Habrá que esperar a los datos de inflación PCE de EE.UU. del viernes para saber definitivamente si se trata de la fría realidad de que enero ha llegado antes de tiempo, o simplemente de una metafórica trifulca matinal de Navidad que pronto se resolverá con la cena, pero de todos modos será interesante observar la apertura del jueves.

Los futuros del S&P y del Nasdaq han subido alrededor de un 0,5% en el momento de escribir estas líneas, por lo que los primeros indicios apuntan a que la caída en picado del miércoles a media tarde fue sólo un bache.

Los tres principales índices bursátiles de EE.UU. terminaron el miércoles entre un 1,3% y un 1,5% por debajo del cierre del martes, tras haber estado flotando bastante a gusto hasta el repentino giro a la baja. Las bolsas asiáticas y europeas se vendieron en simpatía el jueves.

Una caída no fue enormemente sorprendente dada la magnitud del reciente repunte, pero por qué entonces y por qué tan brusca ha dejado a muchos observadores del mercado rascándose la cabeza.

"El libro de texto de los estrategas sugeriría que apuntáramos a 'problemas de liquidez de fin de año'", dijeron los estrategas de tipos europeos de Rabobank en una nota matutina.

Los malos resultados de FedEx -considerada como un barómetro de la actividad económica- no podrían haber ayudado, pero como se publicaron tras el cierre del mercado el martes no sirven de mucho para explicar el momento.

Los analistas también apuntan a que los mercados respondieron tardíamente a los ataques a buques en el Mar Rojo por parte de militantes Houthi respaldados por Irán, lo que hizo que los exportadores se apresuraran a buscar rutas alternativas.

Quizá lo que haya que hacer es recordar que estamos cerca de Navidad y que el S&P 500 sigue subiendo un 9,5% desde principios de octubre, lo que supondría su mejor trimestre en dos años.

Sin embargo, la euforia de los mercados por el cambio dovish de la semana pasada en las perspectivas de la Reserva Federal sigue rodando en el mercado de tipos.

El rendimiento de referencia del Tesoro estadounidense a 10 años se situó por última vez en el 3,8676%, cerca del mínimo de cinco meses de la sesión anterior del 3,8470%.

En Europa, el rendimiento de Italia a 10 años está en mínimos de 16 meses, tras recibir otro empujón de los ministros de finanzas de la Unión Europea que acordaron la última reforma de las normas fiscales del bloque, que llevan dos décadas en vigor.

El día que tenemos por delante es bastante escaso en el frente de los datos, con los datos finales del PIB del tercer trimestre y las peticiones semanales de subsidio de desempleo. El último gran dato antes de Navidad es la lectura del viernes del índice de precios PCE subyacente de EE.UU., la medida preferida de la Fed de la inflación subyacente, donde se espera otra ralentización.

Los acontecimientos clave que deberían proporcionar más dirección a los mercados de EE.UU. más tarde el jueves:

- Peticiones semanales de subsidio de desempleo en EE.UU.

- PIB final estadounidense del tercer trimestre

- Ventas minoristas canadienses

- Philip Lane, economista jefe del BCE, interviene en un panel