Los ataques entre granjeros y pastores y los conflictos comunales son frecuentes en el centro de Nigeria, un interior étnica y religiosamente diverso conocido como el "Cinturón Medio", donde un círculo de violencia se ha cobrado cientos de vidas en los últimos años.

Los últimos actos de violencia del martes y el miércoles se produjeron tras un atentado el día de Navidad en la zona que dejó al menos 140 muertos. El 23 de enero se impuso un toque de queda desde el anochecer hasta el amanecer.

Los atacantes atacaron varios pueblos, entre ellos Kwahaslalek, Kinat y Mairana, situados en los límites de las áreas de gobierno local de Mangu y Barkin Ladi, dijo Joseph Gwankat, jefe del grupo comunitario Asociación para el Desarrollo de Mwaghavul (MDA).

"Las víctimas se habían refugiado en la casa de un dirigente de la comunidad tras los disturbios ocurridos anteriormente en la ciudad de Mangu. Los atacantes rodearon la casa y mataron a los que estaban dentro", dijo Gwankat a Reuters por teléfono.

Los supervivientes informaron de que los hombres armados dispararon indiscriminadamente contra la gente, incluidos mujeres y niños, e incendiaron casas y propiedades.

En un comunicado posterior, el MDA culpó del ataque a los pastores y cuestionó por qué las tropas desplegadas por el gobierno federal en la zona desde los ataques de Navidad no intervinieron para detener la violencia.

El portavoz de Defensa nigeriano, Tukur Gusau, afirmó que el ejército se mantiene neutral tras las acusaciones de partidismo en el conflicto, y añadió que las tropas respondieron con profesionalidad y siguiendo las reglas de enfrentamiento.

"Han detenido con éxito a criminales implicados en saqueos e incendios de propiedades, así como recuperado armas", declaró Gusau en un comunicado el jueves.

Los últimos ataques se producen en medio de un aumento de la violencia en Plateau, que ha sido testigo de repetidos enfrentamientos entre pastores nómadas y comunidades agrícolas locales.

El gobernador de Plateau, Caleb Mutfwang, condenó los ataques e hizo un llamamiento a la calma, ya que su gobierno "está tomando medidas proactivas para detener una mayor destrucción de vidas y propiedades", dijo su oficina el jueves.