La startup alemana de conducción remota Vay dijo el miércoles que había lanzado su primer servicio comercial en Las Vegas en el que un "teledriver", o conductor a distancia, entrega coches eléctricos de alquiler a corto plazo a los clientes y luego los recoge tras el alquiler.

El servicio está disponible actualmente en los alrededores de la Universidad de Nevada Las Vegas y en el distrito artístico de la ciudad, donde se alquilan coches por minutos. A diferencia de los vehículos autónomos, depende de un conductor humano a distancia.

El consejero delegado, Thomas von der Ohe, declaró a Reuters que durante el primer trimestre la flota de vehículos de Vay debería alcanzar los "dos dígitos bajos".

Hasta la fecha, Vay ha recaudado unos 110 millones de dólares de inversores como la sueca Kinnevik, Coatue y la francesa Eurazeo, y ha realizado pruebas en carreteras europeas y estadounidenses con conductores a distancia y sin nadie al volante.

Con el tiempo, la startup introducirá gradualmente funciones autónomas a medida que aprenda de las cámaras incluidas en sus vehículos, que son mucho más baratas que la tecnología lidar y de radar utilizada por la mayoría de los desarrolladores de vehículos autónomos, afirmó von der Ohe.

"Vemos una década o dos de interacción hombre-máquina en la que la conducción autónoma desempeñará un papel una vez que esté disponible y lista para desplegarse, y luego la otra parte la hará siempre un conductor a distancia", dijo.

Pero von der Ohe dijo que la startup ve un "caso de uso masivo" para las funciones de conducción a distancia y está hablando con los fabricantes de automóviles para incluir funciones de aparcacoches a distancia y otros servicios.

"Si todos los vehículos salen de la cadena de producción equipados con teledriving... podrá tener un tele-valet a la carta que aparque su coche por usted", dijo von der Ohe, "y luego le lleve a casa en su propio coche si se ha tomado unas copas".

El lanzamiento de Vay llega en un momento difícil para los desarrolladores de vehículos autónomos.

La unidad de vehículos autónomos Cruise de General Motors ha tenido dificultades ante el escrutinio de las autoridades reguladoras tras un accidente ocurrido en octubre en el que una mujer de San Francisco fue arrastrada por un coche. (Reportaje de Nick Carey; Edición de Jamie Freed)