El Fondo Monetario Internacional informó el miércoles de que su directorio ejecutivo ha aprobado que los miembros utilicen sus Derechos Especiales de Giro (DEG), o activos de reserva del FMI, para adquirir los llamados bonos de capital híbrido emitidos por los bancos multilaterales de desarrollo.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), que habían defendido la idea, acogieron con satisfacción la medida, y los funcionarios estimaron que desbloquearía hasta 80.000 millones de dólares de nuevos préstamos de los BMD a nivel mundial.

En una declaración conjunta, los bancos afirmaron que el plan convertiría cada dólar de DEG en 4 dólares, proporcionando una forma rentable de financiar proyectos que se necesitan urgentemente para impulsar la resistencia al cambio climático, el crecimiento y reducir la pobreza en los países en desarrollo.

Un bono híbrido es un instrumento financiero que combina características tanto de deuda como de acciones, lo que significa que los BMD pueden hacer que su propio capital básico llegue más lejos.

Según el FMI, la decisión del Directorio del 10 de mayo debería contribuir a ampliar el uso de los DEG, al tiempo que aumenta su atractivo como activo de reserva.

Se produce en un momento en que el FMI y otras instituciones financieras internacionales se encuentran bajo presión para aumentar los recursos disponibles para ayudar a los países en desarrollo y a los mercados emergentes a hacer frente a los crecientes desafíos mundiales, como el clima y la seguridad alimentaria.

El directorio del FMI fijó un límite acumulativo de 20.000 millones de dólares para ese uso de los DEG a fin de hacer frente a posibles riesgos de liquidez, y dijo que revisaría el nuevo uso de los DEG una vez que las contribuciones de los miembros superaran los 13.200 millones de dólares, o en dos años, lo que ocurriera primero.

Funcionarios del BID y del BAfD dijeron que esperaban reclutar a cinco países miembros para que aportaran DEG para el nuevo instrumento en los próximos meses, con vistas a hacer un anuncio en las reuniones de otoño del FMI y del Banco Mundial en Washington en octubre.

Dijeron que les permitiría emitir decenas de miles de millones de dólares en nuevos bonos verdes y sostenibles para ampliar sus préstamos, citando el fuerte apoyo de Francia, Japón, Gran Bretaña y España y los Emiratos Árabes Unidos a la nueva propuesta.

"Definitivamente tenemos una sólida cartera de proyectos que pueden beneficiarse de esto muy, muy pronto", dijo un funcionario del BID, añadiendo que se esperaba que el nuevo instrumento híbrido recibiera una calificación crediticia "muy alta", posiblemente AA-, dadas las puntuaciones AAA de las dos instituciones individuales.

Los miembros del FMI ya pueden utilizar sus DEG -que se asignan a los miembros del FMI en proporción a sus cuotas- para liquidar obligaciones, préstamos, promesas de contribuciones a otros instrumentos del FMI como el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza, transferencias como garantía de obligaciones financieras, swaps, operaciones a plazo y donaciones. La decisión añade un octavo uso.

Los expertos externos señalan que conseguir las promesas de los países podría resultar complicado, y señalan que el propio FMI tuvo dificultades para completar los compromisos de DEG para su Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza.

El FMI ha estado revisando las cuestiones legales sobre el nuevo uso de los DEG desde la primavera de 2021, cuando el BID y el BAfD propusieron por primera vez la medida tras la asignación por parte del FMI de 650.000 millones de dólares en nuevos DEG para ayudar a los países miembros a hacer frente a la pandemia del COVID-19.

La decisión del Directorio significa que los miembros del FMI pueden canalizar sus DEG hacia una lista aprobada de 20 instituciones, entre ellas el Banco Mundial, el BID, el BAfD y otros "tenedores prescritos" que los utilizarían para emitir instrumentos híbridos de capital.

Los miembros que presten DEG a estas instituciones para la venta de instrumentos de capital híbrido podrán seguir contabilizándolos como activos de reserva, según el FMI.