La violencia en torno a la ciudad de al-Fashir, en Darfur (Sudán), ha bloqueado un corredor humanitario recientemente abierto desde Chad y se acaba el tiempo para evitar la hambruna en la vasta región, declaró el viernes el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

Los ataques en torno a al-Fashir, último reducto del ejército sudanés en Darfur y hogar de unos 1,6 millones de residentes, han provocado graves advertencias sobre una nueva oleada de desplazamientos masivos y conflictos intercomunitarios en la guerra que asola Sudán desde hace un año.

El conflicto entre el ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) también ha provocado un empeoramiento del hambre, y algunas personas se alimentan de tierra u hojas ante la inminente hambruna.

Los responsables de la ayuda humanitaria afirman que ambos bandos han estado saqueando la ayuda o impidiendo que llegue a las zonas donde la hambruna se está apoderando de la población, contribuyendo así a una crisis humanitaria.

Los últimos episodios de violencia en torno a al-Fashir detuvieron a los convoyes de ayuda que llegaban a través del paso fronterizo de Tine, en Chad, mientras que las restricciones impuestas por las autoridades alineadas con el ejército impedían la entrega de ayuda a través del otro único corredor de ayuda desde Chad, en Adre, según el PMA.

Sólo pequeñas cantidades de ayuda han entrado en al-Fashir durante la guerra, el único conducto aprobado por el ejército para los envíos a otras partes de Darfur.

Desde finales de marzo, 23 pueblos cercanos a al-Fashir han sido arrasados, potencialmente por la RSF, según un estudio de imágenes por satélite del Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale publicado el jueves.

En la propia ciudad, más de 600 edificios han resultado dañados por el fuego durante el mismo periodo, incluso en zonas donde, al parecer, el ejército está llevando a cabo bombardeos, según el estudio.

Añadió que se estaba analizando si la RSF era responsable de los daños generalizados infligidos en una sola zona los días 28 y 29 de abril.

En el campo de refugiados de Zamzam, en el norte de Darfur, donde no ha habido distribuciones oficiales de alimentos desde mayo de 2023, el 30% de al menos 46.000 niños sufren desnutrición aguda, "lo que revela una crisis masiva en ciernes", declaró el jueves la organización benéfica médica MSF.

"A pesar de ser conscientes de la gravedad de la situación, y a pesar de las alertas de hambruna procedentes de las propias agencias de la ONU, la ONU está haciendo demasiado poco para evitar que la crisis de desnutrición en Zamzam se convierta en una catástrofe", afirmó MSF en un comunicado.