La nueva deuda neta contraída en 2022/23 elevó la deuda neta pendiente en un 6,2% sobre una base de divisa constante hasta los 7,80 billones de dólares, superando un máximo anterior en 2020/21, en el punto álgido de la pandemia de COVID, según mostró el índice anual de deuda corporativa de Janus Henderson.

El índice, que realiza un seguimiento de 933 grandes empresas no financieras cotizadas a escala mundial, mostró que el grupo de telecomunicaciones estadounidense Verizon se convirtió por primera vez en la empresa más endeudada en 2022/23, mientras que Alphabet, propietaria de Google, siguió siendo la empresa con mayor liquidez.

Una quinta parte del aumento de la deuda neta reflejó que empresas como Alphabet y Meta, propietaria de Facebook e Instagram, gastaron parte de sus "vastas montañas de efectivo", según Janus Henderson.

Esto sugería que el aumento de la deuda "no era tan preocupante", afirmó James Briggs, gestor de carteras de renta fija de la firma, que cuenta con 310.500 millones de dólares en activos bajo gestión.

El informe señalaba que el aumento de la deuda total fue más contenido, del 3% en moneda constante.

Aunque la calidad del crédito corporativo se ha mantenido bien hasta ahora, es probable que disminuya en el futuro, añadía el informe.

Briggs señaló que el ritmo de descenso dependería de la fortaleza de los mercados laborales y del sector servicios.

También se esperaba que unos tipos de interés más altos frenaran el apetito por un mayor endeudamiento corporativo y Janus Henderson dijo que esperaba que la deuda neta disminuyera un 1,9% en 2023/2024, cayendo a 7,65 billones de dólares sobre una base de moneda constante.

El desfase temporal para que se filtren las subidas de los tipos de interés también supuso que las empresas aún no sintieran un impacto significativo en su coste de endeudamiento, según el informe.

Las empresas estadounidenses, que dependen en gran medida de los bonos a tipo fijo como fuente de financiación, se han visto especialmente protegidas hasta ahora, ya que la factura de intereses colectiva se ha mantenido estable en términos interanuales, añadía.

En Europa, donde la mayor parte de la financiación procede de los bancos, las empresas han empezado a sentir el pellizco del ciclo de endurecimiento más rápido en una década y la cantidad destinada a gastos financieros aumentó en una sexta parte a tipos de cambio constantes.

"El aumento de los tipos de interés repercutirá en la cohorte más débil de la calidad crediticia mucho más rápido que en los (bonos) con grado de inversión", afirmó Briggs.

"También esperamos más dificultades en los mercados privados y en los préstamos apalancados en comparación con el alto rendimiento".