Militares dirigidos por el general Brice Oligui Nguema tomaron el poder el miércoles, pusieron a Bongo bajo arresto domiciliario e instalaron a Nguema como jefe de Estado, poniendo fin a 56 años de dominio de la familia Bongo.

El golpe - el octavo en África Occidental y Central en tres años - ha suscitado preocupación por un contagio de tomas de poder militares en toda la región que han borrado los avances democráticos logrados en las dos últimas décadas.

Los golpistas han recibido presiones internacionales para que restablezcan un gobierno civil, pero anoche afirmaron que no se apresurarían a celebrar elecciones.

Las fronteras terrestres, marítimas y aéreas se abrieron porque la junta estaba "preocupada por preservar el respeto del Estado de derecho, las buenas relaciones con nuestros vecinos y con todos los Estados del mundo" y quería mantener sus "compromisos internacionales", declaró el portavoz del ejército en la televisión nacional.

Bongo fue elegido en 2009, tomando el relevo de su difunto padre Omar, que llegó al poder en 1967. Los opositores afirman que la familia hizo poco por repartir la riqueza petrolera y minera de Gabón.

La toma del poder en Gabón sigue a los golpes en Guinea, Chad y Níger, más dos en Mali y Burkina Faso desde 2020, lo que preocupa a las potencias internacionales con intereses estratégicos en juego.