Koninklijke VolkerWessels N.V. ha anunciado los resultados consolidados no auditados del primer semestre del 30 de junio de 2017. En este periodo, la empresa registró unos ingresos de 2.668 millones de euros, frente a los 2.572 millones de euros de hace un año. El resultado operativo fue de 61 millones de euros, frente a los 35 millones de euros de hace un año. El resultado antes de impuestos fue de 62 millones de euros, frente a los 24 millones de hace un año. El resultado neto de las operaciones continuas fue de 49 millones de euros, frente a los 17 millones de euros de hace un año. El resultado neto atribuible a los accionistas fue de 36 millones de euros, frente a los 25 millones de hace un año. El EBITDA fue de 90 millones de euros, frente a los 75 millones de hace un año. El beneficio básico y diluido por acción fue de 0,45 euros, frente a los 9,01 euros de hace un año. El beneficio básico y diluido por acción de las operaciones continuas fue de 0,44 euros, frente a los 5,68 euros de hace un año. Los gastos de capital relacionados con el inmovilizado material ascendieron a 35 millones de euros, el 1,3% de los ingresos, frente a los 32 millones de euros, el 1,2% de los ingresos de hace un año. La deuda neta fue de 103 millones de euros, frente a los 277 millones de hace un año. El flujo de caja neto utilizado en las actividades de explotación fue de 181 millones de euros, frente a los 212 millones de hace un año. La inversión en activos fijos tangibles fue de 35 millones de euros, frente a los 32 millones de hace un año. La inversión en activos fijos inmateriales fue de 8 millones de euros, frente a 1 millón de euros hace un año. La empresa está en camino de cumplir sus objetivos a medio plazo. La empresa confía en que el EBITDA del año completo y el resultado neto de las operaciones continuas aumenten con respecto a 2016.