En la actualidad, el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A) se mantiene por debajo de los niveles anteriores a la crisis, a pesar de la recuperación general de los mercados financieros. La emisión de deuda y acciones con grado de inversión ha alcanzado niveles récord, lo que indica unas condiciones favorables, pero los volúmenes de fusiones y adquisiciones siguen siendo bajos. Esto se debe principalmente al endurecimiento de la normativa antimonopolio, que conlleva largos periodos de revisión y un proceso de autocensura por parte de las empresas, reacias a realizar transacciones que puedan estar sujetas a un largo escrutinio.

El sector del capital riesgo, motor tradicional de las fusiones y adquisiciones, también se muestra menos activo, en parte debido a los elevados tipos de interés, que están afectando a la valoración de los activos adquiridos en un entorno de bajos tipos de interés. Los fondos de capital riesgo están presionados para generar efectivo para sus inversores, pero la monetización de los activos se está retrasando en previsión de tipos más bajos.

Los vehículos de continuación están surgiendo como solución para los socios comanditarios que desean liquidar sus inversiones al tiempo que permiten a los gestores conservar y gestionar los activos. Al mismo tiempo, el mercado de ofertas públicas iniciales (OPI) está mostrando signos de recuperación, aunque las pequeñas y medianas empresas, que se parecen más a las típicas candidatas a OPI, están obteniendo peores resultados que las grandes empresas que cotizan en el S&P 500.

Por último, aunque no hay escasez de financiación, el coste del capital es más elevado, lo que obliga a ajustar los precios de las operaciones. Los fondos que fluyen hacia los fondos de crédito anticipan una caída de los tipos con el tiempo, lo que en última instancia podría apoyar un repunte de la actividad de fusiones y adquisiciones si los tipos se estabilizan o bajan.

 


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