General Electric (GE) elevó el martes el extremo inferior de su rango de previsión de beneficios anuales, gracias al aumento de la demanda de piezas y servicios para motores de aviones en medio de una fuerte recuperación del transporte aéreo.

El conglomerado industrial con sede en Boston espera ahora unos beneficios ajustados por acción para 2023 de entre 1,70 y 2,00 dólares (1,54-1,81 euros), frente a una previsión anterior de entre 1,60 y 2,00 dólares.

Se espera que el flujo de caja libre para el año se sitúe entre 3.600 y 4.200 millones de dólares, frente a la previsión anterior de 3.400 a 4.200 millones de dólares.

La rápida recuperación del sector de la aviación tras la pandemia ha impulsado los resultados de los fabricantes de motores, ya que las interrupciones en la cadena de suministro han obligado a las aerolíneas a utilizar aviones más antiguos, impulsando la demanda de servicios posventa.

Dentro de su negocio aeroespacial, el más rentable, GE fabrica motores para los aviones de fuselaje ancho Boeing 787. Su empresa conjunta con la francesa Safran, CFM International, impulsa los reactores 737 MAX del fabricante estadounidense y los 320neo de Airbus.

Las acciones de General Electric subían un 1,4% en las operaciones previas a la comercialización en Wall Street.

(Reportaje de Rajesh Kumar Singh en Chicago y Abhijith Ganapavaram en Bangalore; Kate Entringer, editado por Blandine Hénault)