Sberbank necesita las tarjetas para sus servicios de inteligencia artificial y sus superordenadores, y las sanciones occidentales por las acciones de Moscú en Ucrania han frenado el acceso de Rusia a algunas importaciones de tecnología.

"Dependemos ante todo de la tecnología llamada hardware", dijo Gref a los legisladores del Consejo de la Federación, la cámara alta del parlamento ruso. "Y probablemente la posición más crítica son las tarjetas gráficas, la microelectrónica: las tarjetas de vídeo para la informática de alto rendimiento".

"Los chinos están haciendo ahora mucho por organizar su propia producción, así que espero que con el tiempo también se resuelva esta dependencia".

Moscú depende cada vez más de Pekín, ya que ha aumentado considerablemente el uso del yuan, ha incrementado los suministros de energía a China y ha empezado a vender cada vez más coches de marca china ante la marcha de los fabricantes occidentales.

Gref respondía a los legisladores tras realizar una presentación sobre las principales tecnologías que determinarán el desarrollo de la humanidad, tocando temas como la cadena de bloques (blockchain), Internet de alta velocidad, la informática cuántica y la robótica.

El banco central advirtió en diciembre del aumento de los riesgos para la estabilidad financiera, ya que la marcha de las empresas extranjeras del país dificulta la importación de equipos y eso podría causar más daño a largo plazo que las restricciones a la exportación.

Ante la ausencia de importaciones occidentales, las empresas locales han intensificado sus esfuerzos para aumentar la producción nacional y amortiguar el golpe.

Gref afirmó que el Sberbank ya había avanzado en la reducción de su dependencia de las importaciones, especialmente en lo que se refiere al software.

"En los últimos seis o siete años hemos estado invirtiendo para evitar la dependencia de la tecnología importada y, en general, lo hemos conseguido en todo el espectro de nuestras actividades, en lo que se refiere a la creación de software", declaró Gref.

Afirmó que los sistemas complejos, como los proporcionados por la alemana SAP, pueden tardar otros dos o tres años en localizarse.