La batalla contra la inflación no se ha ganado a pesar del descenso de la inflación suiza al 3,0% en octubre desde el 3,3% de septiembre, declaró Maechler al diario económico suizo L'Agefi.

En su última previsión de inflación, el BNS espera que la inflación descienda al 2% en el tercer trimestre de 2023, el extremo superior de su objetivo de estabilidad de precios, que define como una inflación del 0-2%.

El banco central ya ha subido los tipos dos veces este año y ahora tiene un tipo de interés oficial del 0,5%.

"Pero no está descartado que, en función de las nuevas cifras y de la evolución de la situación, sean necesarias nuevas subidas de tipos para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo", declaró Maechler al periódico cuando se le preguntó por las opciones del BNS en diciembre.

"Así que es realmente importante hacer una valoración global con las cifras que tendremos en diciembre", dijo, refiriéndose al próximo anuncio de política monetaria del 15 de diciembre.

Hay más indicios de que los aumentos de precios se están extendiendo a bienes y servicios que no están directamente afectados por la guerra en Ucrania o las consecuencias de la pandemia, dijo Maechler, mientras que los precios de la electricidad subirán con fuerza.

"Por un lado, una sola cifra nunca nos permitirá cantar victoria y, por otro, sigue siendo del 3%, muy lejos del rango que asociamos con la estabilidad de precios", dijo Maechler.

"Reclamaremos la victoria cuando la inflación se establezca por debajo del 2% de forma sostenible".

Aunque la inflación suiza sigue siendo baja en comparación con el 7,7% de Estados Unidos y el 10,7% de la zona euro, sigue siendo "demasiado alta", afirmó Maechler.

El BNS haría política en función de sus prioridades, no de cómo actuaran otros bancos centrales, añadió.

"Al final, lo que nos guía no es lo que hacen los demás, sino el hecho de que dirigimos la política monetaria en interés general del país", dijo Maechler.