SIEMENS AG 
Mientras que las importaciones globales procedentes de China se redujeron en casi una quinta parte entre 2022 y 2023, la proporción de grupos de productos para los que Alemania depende de China en más de la mitad de sus importaciones apenas ha variado, entre ellos los productos químicos, los ordenadores y las células solares.
Para algunas categorías, como los productos farmacéuticos y las tierras raras como el escandio y el itrio, la dependencia alemana ha aumentado.
"Por lo tanto, todavía no se aprecia una clara desvinculación estructural, en el sentido de una tendencia continuada hacia nuevos descensos significativos de las importaciones", afirma el estudio.
Se eliminaron unos 73 grupos de productos de la lista de bienes para los que Alemania depende en gran medida de China, pero se añadió un número similar en su lugar, lo que significa que la cifra total descendió sólo ligeramente de 213 a 200.
El estudio se publicó antes del viaje del canciller Olaf Scholz a China esta semana, con las empresas presionando por lo que caracterizan como un acceso más justo al mercado chino y Europa preocupada por el exceso de capacidad china que inunda su mercado.
El viaje es el primero de Scholz a China desde que Berlín elaboró el año pasado una estrategia para China que instaba a un "des-riesgo" para reducir la exposición económica a la segunda economía mundial, pero era vaga en cuanto a medidas específicas u objetivos vinculantes.
Alemania se ha vuelto cada vez más recelosa de atarse a un país al que ha descrito tanto como socio como rival sistémico, en particular después de que la invasión rusa de Ucrania en 2022 dejara al descubierto la dependencia europea de los envíos de gas ruso.
Scholz llevará consigo a directores ejecutivos de empresas como Siemens y Mercedes, así como a ministros del gabinete, lo que subraya la importancia que sigue teniendo Pekín.
