El sudeste asiático está "lamentablemente mal encaminado" en materia de inversiones verdes para reducir las emisiones y necesita nuevas políticas y mecanismos financieros que le ayuden a salvar la distancia, afirmó el lunes la consultora global Bain & Company.

Se espera que el consumo de energía en la región crezca un 40% esta década, pero las emisiones de dióxido de carbono, que calientan el clima, siguen aumentando, ya que la región sigue dependiendo de los combustibles fósiles, según un informe anual elaborado por Bain, el grupo de inversión verde GenZero y el Standard Chartered Bank.

Aunque la inversión verde creció un 20% el año pasado, está muy por debajo de los 1,5 billones de dólares necesarios esta década, y las emisiones de los 10 países de la región podrían rebasar sus compromisos para 2030 en un 32% si siguen su trayectoria actual, advertía el informe.

"Creemos que es imperativa una aceleración de los esfuerzos por parte de los países, las empresas y los inversores, ya que el Sudeste Asiático sigue lamentablemente mal encaminado", declaró Kimberly Tan, directora gerente de GenZero.

Las energías limpias sólo representan el 10% del suministro total, y las subvenciones a los combustibles fósiles son unas cinco veces superiores a las inversiones en renovables. Los elevados costes de capital, así como las inciertas normativas sobre redes y tarifas, también han dificultado la financiación de proyectos renovables.

Mientras tanto, sólo cuatro de los 10 países de la región - Indonesia, Malasia, Singapur y Vietnam - han avanzado en la fijación de un precio al carbono.

El informe reclamaba más políticas e incentivos, una mayor cooperación regional y una atención sostenida a las tecnologías que ya se pueden desplegar.

"La buena noticia es que el Sudeste Asiático se encuentra en una fase muy temprana de su viaje hacia la descarbonización, por lo que se beneficia de tener muchas palancas para reducir las emisiones hoy en día", afirmó Tan. "Muchas de ellas son fruta madura".

El informe identificó 13 "ideas invertibles" que podrían reportar 150.000 millones de dólares en ingresos para 2030, entre ellas la agricultura sostenible y las centrales de energía renovable a escala comercial.

El sudeste asiático es la segunda región con peores resultados en cuanto a inversión en energías renovables, sólo por detrás del África subsahariana, según un informe de abril de la Junta de Desarrollo Económico de Singapur y la consultora McKinsey.

El informe afirmaba que las instalaciones solares anuales debían aumentar del ritmo actual de 5 gigavatios a 35 GW en el periodo 2030-2050 si se quieren cumplir los compromisos regionales de energía neta cero.

"Tenemos todos los recursos, pero el 'desbloqueo' aún no se ha producido", afirmó Vishal Agarwal, socio principal de McKinsey. (Reportaje de David Stanway; Edición de Lincoln Feast.)