STELLANTIS N.V. 
El grupo automovilístico explica que la decisión se ha tomado de forma autónoma y con el objetivo de "operar con total y absoluta transparencia en cuanto al lugar de ensamblaje de sus productos y evitar cualquier malentendido al respecto".
En una nota, Stellantis afirma estar "firmemente convencido de que siempre ha actuado con absoluta imparcialidad a este respecto".
La noticia fue comunicada inicialmente por Milano Finanza en su página web. Los colores verde, blanco y rojo de la bandera italiana aparecían como rayas horizontales en tres pequeñas hendiduras en el parachoques trasero del coche.
La decisión forma parte de un enfrentamiento más amplio entre el gobierno italiano y Stellantis debido al declive de la producción del fabricante de automóviles en el país. El gobierno de Meloni ha criticado abiertamente a Stellantis por producir coches de marcas históricas italianas como Fiat o Alfa Romeo en países donde los costes laborales son más bajos que en Italia.
Stellantis había decidido el mes pasado cambiar el nombre del nuevo modelo de Alfa Romeo, también producido en Polonia, de "Milano" a "Junior", después de que el ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, afirmara que el nombre violaba la ley sobre los llamados productos de "sonido italiano", es decir, los que se presentan indebidamente como italianos.
La semana pasada, la Guardia di Finanza también se incautó de más de 130 minicoches Fiat Topolino importados de Marruecos porque llevaban un inserto con los colores de la bandera italiana en las puertas.
Stellantis explicó que los colores de la bandera italiana en el Fiat 600, así como en el Topolino, tienen el único propósito de "indicar el origen empresarial del producto", que fue diseñado y fabricado en Italia.
Stellantis añadió que siempre se ha dicho claramente que el Fiat 600, lanzado oficialmente el año pasado, se ensambla en Polonia.
(Traducido por Luca Fratangelo, edición de Stefano Bernabei)
