Las dos empresas poseen conjuntamente el proyecto offshore Neptun Deep, que alberga una cantidad estimada de entre 42.000 y 84.000 millones de metros cúbicos de gas.

El martes presentaron una declaración de viabilidad comercial ante la agencia de recursos minerales del Estado de la Unión Europea, la línea de demarcación oficial entre exploración y desarrollo.

Sin embargo, OMV Petrom, que es el operador del proyecto, ha dicho que no tomará una decisión final sobre la inversión hasta mediados de 2023, a la espera de que el gobierno aclare la ley del gas en alta mar.

"La declaración de descubrimiento comercial es un paso intermedio en el proceso de tomar una decisión final de inversión y comenzar el desarrollo", dijo Petrom.

"La inversión total para el desarrollo del proyecto se ha estimado en hasta 4.000 millones de euros (4.260 millones de dólares). Una vez cumplidos todos los pasos del procedimiento, la decisión final de inversión se estima para mediados de 2023 y el primer gas para principios de 2027".

La introducción de un impuesto sobre los ingresos del gas en alta mar en 2018 llevó a OMV Petrom a aparcar el proyecto y contribuyó a la salida de Exxon del Estado de la Unión Europea.

Los legisladores rumanos enmendaron la ley a principios de este año, reduciendo el impuesto y eliminando las restricciones a la exportación en un intento de desbloquear la inversión en el Mar Negro, donde el país tiene unos 200.000 millones de metros cúbicos de gas.

El potencial de nuevos descubrimientos de gas en el Mar Negro rumano es enorme, pero el gobierno necesita mejorar la regulación para acelerar el desarrollo, según han declarado los principales productores de gas del país.

Black Sea Oil & Gas, controlada por la empresa estadounidense de capital riesgo Carlyle Group LP, puso en marcha en junio la primera explotación en alta mar de Rumanía en tres décadas. Dijo que planeaba extraer 1.000 millones de metros cúbicos de gas al año, o aproximadamente el 10% del consumo de Rumanía. (1 dólar = 0,9390 euros)