El dólar australiano y el neozelandés alcanzaron el martes nuevos máximos de tres meses, impulsados por la subida de los precios de las materias primas, las esperanzas de una flexibilización de la política mundial el próximo año y el cambio de tendencia del yuan, ya que ambos se negocian como sustitutos líquidos de la divisa china.

El dólar australiano subió un 0,4% hasta los 0,6586 dólares, tras ganar un 0,6% durante la noche. Ha subido casi un 5% desde el mínimo de un año de 0,6271 $ alcanzado a finales de octubre, y ahora se encuentra a un paso de su media móvil de 200 días de 0,6590 $. Una ruptura por encima de ese nivel podría desencadenar una aceleración de las ganancias.

El kiwi subió un 0,5% hasta los 0,6070 dólares, un nuevo máximo de tres meses, tras haber subido también un 0,8% durante la noche. También tiene en el punto de mira el nivel principal de 0,6095 dólares y ha subido un 5,1% desde su mínimo de octubre.

Los movimientos al alza se han visto impulsados en gran medida por las expectativas de que la Reserva Federal de EE.UU. haya terminado de subir los tipos de interés y vaya a relajar su política el año que viene. Esto contrasta con la postura de halcones del Banco de la Reserva de Australia, al que aún le puede quedar una subida más en el bolsillo.

El cambio de tendencia del yuan chino, que se ha recuperado hasta alcanzar su valor más fuerte desde julio, y la subida de los precios del mineral de hierro debido a los esfuerzos de Pekín por impulsar su sector inmobiliario también ayudaron al dólar australiano, que a menudo se negocia como sustituto líquido de la divisa china.

Las actas de la reunión de política monetaria de noviembre mostraron que al RBA le preocupaba que las expectativas de inflación pudieran desinflarse si no subía los tipos de interés este mes. La gobernadora Michele Bullock también advirtió del reto de la inflación en los próximos años.

Los rendimientos de la deuda pública australiana a 10 años cotizaban 5 puntos básicos por encima de sus homólogos estadounidenses, en el 4,458%, tras haberse vuelto positivos este mes.

Philip Wee, estratega sénior de divisas del DBS Bank, espera que el dólar australiano se debilite si el diferencial de rendimiento a 10 años se vuelve negativo, y añade que las actas de la Fed del miércoles podrían frustrar a los que esperaban el fin de las subidas de tipos.

"No obstante, vemos 0,66-0,67 como una posible zona de recogida de beneficios (para el AUD) de cara al largo fin de semana de Acción de Gracias", dijo Wee.