Los embarques de granos en el centro de transporte argentino de Rosario se normalizaron el lunes por la tarde después de que los inspectores suspendieran su protesta de horas tras una orden del Gobierno, informaron la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM) local y el sindicato.

La orden de conciliación obligatoria del gobierno obliga a los inspectores de granos, que venían reclamando mejoras salariales, a pausar su protesta para entablar negociaciones con las empresas compradoras de granos contratadas para controlar la calidad de los embarques.

Las partes tienen 15 días para llegar a un acuerdo, dijo el ministerio de trabajo.

La huelga había comenzado a medianoche hora local (0300 GMT) por el sindicato de trabajadores URGARA, que representa a los técnicos cerealeros que analizan los granos almacenados en los depósitos y cargados en los barcos, lo que convierte a los inspectores en actores principales del vital comercio de granos de la nación sudamericana.

Los trabajadores se habían declarado en huelga sin dar un preaviso oficial, dijo Guillermo Wade, funcionario de la CAPyM.

"Los inspectores de granos han sido notificados (de la orden gubernamental) y están volviendo a sus tareas, la carga y descarga se está normalizando", dijo Wade.

Argentina es el primer exportador mundial de aceite y harina de soja y el tercero de maíz, así como un importante productor mundial de trigo.

Con una inflación anual superior al 100%, las negociaciones salariales son una fuente frecuente de tensión en Argentina, que depende de las exportaciones agrícolas para obtener unas divisas muy necesarias, mientras lucha por mantener estable la cotización oficial del peso y cumplir las condiciones de un programa de préstamos de 44.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. (Reportaje de Maximilian Heath en Buenos Aires Redacción de Kylie Madry Edición de Brendan O'Boyle, Grant McCool y Matthew Lewis)