"Estamos asistiendo a un cambio radical, que esperamos que se mantenga y se amplíe", declaró Power en una audiencia del subcomité de Asignaciones del Senado estadounidense que supervisa el gasto diplomático y de ayuda exterior de Estados Unidos.

Israel dijo que 468 camiones de ayuda entraron en Gaza el martes, tras los 419 del lunes. Fue la cifra más alta en los seis meses transcurridos desde su campaña aérea y terrestre desencadenada por el ataque de Hamás el 7 de octubre contra el sur de Israel, pero Naciones Unidas dijo que seguía siendo mucho menos de lo mínimo para cubrir las necesidades humanitarias.

"Necesitamos ir mucho más allá de los 500 camiones", dijo Power.

"Tenemos condiciones similares a la hambruna en Gaza y supermercados llenos de alimentos a un par de kilómetros de distancia", dijo en la audiencia, que se centró en la solicitud de presupuesto para el año fiscal 2025 de la agencia.

Tanto demócratas como republicanos interrogaron de cerca a Power sobre las condiciones en Gaza, lo que refleja la creciente preocupación entre los legisladores por la crisis humanitaria en el enclave palestino.

Los demócratas, en particular, han estado presionando al presidente Joe Biden para que haga más por aliviar las condiciones en la devastada Gaza, que se enfrenta al riesgo de una hambruna generalizada y de enfermedades, con casi todos sus habitantes ahora sin hogar.

Muchos han pedido a Biden que detenga el envío de armas ofensivas a Israel hasta que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cambie de táctica. En una llamada la semana pasada con Netanyahu, Biden amenazó con condicionar el apoyo estadounidense a la ofensiva israelí en Gaza a que éste tomara medidas concretas para proteger a los trabajadores humanitarios y a los civiles.

Era la primera vez que Biden, demócrata y firme partidario de Israel, intentaba aprovechar la ayuda estadounidense para influir en el comportamiento militar israelí.