La lira turca cayó un 1,8% hasta un nuevo mínimo histórico frente al dólar estadounidense el lunes, después de que el banco central tomara medidas para simplificar las normas que rigen las participaciones de los prestamistas y los depósitos extranjeros, tras su fuerte subida de los tipos de interés la semana pasada.

La lira cayó a 25,76 frente al dólar, superando el mínimo histórico de la semana pasada de 25,74.

Ha bajado un 27% en lo que va de año, en gran medida tras la reelección a finales de mayo del presidente Tayyip Erdogan, que desde entonces ha dado marcha atrás en sus años de política económica poco ortodoxa, incluida la reducción drástica de los tipos a pesar de la disparada de la inflación.

En los últimos días se han dado dos grandes pasos: el banco central, bajo el mando del nuevo gobernador Hafize Gaye Erkan, subió los tipos 650 puntos básicos hasta el 15% el jueves, un endurecimiento sustancial aunque no alcanzó las expectativas del mercado.

Después, el domingo, el banco central empezó a dar marcha atrás en partes de las docenas de normas y reglamentos que había adoptado desde 2021 y que dejaban los mercados de deuda, crédito y divisas fuertemente gestionados por el Estado, y que pretendían fomentar las tenencias de liras.

Las medidas pretendían liberar los mercados y garantizar la estabilidad, dijo el banco el fin de semana.

Según el boletín oficial, el coeficiente de mantenimiento de valores que los bancos deben asignar a sus depósitos en divisas se redujo del 10% al 5%.

Los valores que los bancos deben mantener oscilan entre el 3% y el 12% de sus depósitos en liras, según la nueva norma, frente a entre el 3% y el 17% anteriormente.

La nueva norma también establece que los bancos cuyos depósitos en liras sean inferiores al 57% de los depósitos totales tendrán que mantener siete puntos porcentuales adicionales de valores, frente a los siete puntos adicionales anteriores que se aplicaban a los bancos que tenían menos del 60% de depósitos en liras.

"Los ratios se redujeron lentamente, lo que permitió a los bancos ajustar sus posiciones poco a poco y no desencadenar una rápida subida de los tipos de interés; una ligera relajación de las normas daría a los bancos margen y tiempo para maniobrar sobre sus carteras de obligaciones", declaró Enver Erkan, economista jefe de Dinamik Yatirim.

"Es un avance reconfortante y positivo para el sector".