Las perspectivas para la renta variable europea no son halagüeñas, ya que parece probable una recesión de beneficios junto con un periodo prolongado de tipos de interés altos, pero los inversores afirman que gran parte de las malas noticias económicas están descontadas y podrían -en algunos casos- incluso servir de apoyo.

La guerra en Oriente Medio ha provocado una huida hacia activos refugio, pero las señales de los bancos centrales de que no volverán a subir los tipos de interés han impulsado al índice paneuropeo STOXX 600 cerca de máximos de tres semanas.

Tras un largo periodo de escepticismo hacia la renta variable europea, algunos inversores y analistas están encontrando motivos para el optimismo.

Una mezcla de tipos de interés altos, una geopolítica tensa y una economía debilitada no suele ser favorable para las acciones, afirmó Jefferies el lunes. Pero en el entorno actual -en el que los crecientes rendimientos de los bonos han estado alejando fondos de la renta variable- podría ser que "las malas noticias sean buenas noticias".

"Cualquier signo de debilidad en la economía llevaría a unos rendimientos reales más bajos y ayudaría a los activos de riesgo", dijo el estratega Mohit Kumar.

Deutsche Bank recomienda una posición de sobreponderación, afirmando que el crecimiento más débil, las pérdidas de beneficios y la reticencia de los bancos centrales a recortar los tipos están en gran medida descontados, "lo que deja un potencial alcista ante sorpresas positivas".

Se prevé que las empresas europeas entren en su primera recesión de beneficios -dos trimestres consecutivos de caída de beneficios- desde 2020.

En el tercer trimestre, se prevé que los beneficios de las empresas del STOXX 600 caigan un 11,4% interanual, tras un descenso del 5,9% en el trimestre anterior, según LSEG I/B/E/S, con la temporada de informes trimestrales en pleno apogeo esta semana. No se espera que los beneficios vuelvan a crecer hasta el segundo trimestre de 2024.

Pero las acciones europeas están mejor valoradas para una recesión que sus homólogas estadounidenses, afirmó Matthew McLennan, codirector del equipo First Eagles Global Value.

"En cierto modo, el mercado estadounidense está valorando una situación como si estuviéramos saliendo de la recesión y tuviéramos mucho crecimiento por delante, mientras que creo que los mercados europeos están valorando una realidad más compleja".

El STOXX 600 cotiza a 11,6 veces los beneficios futuros, frente a las 17,8 veces del S&P 500 estadounidense. El STOXX sube un 6% en 2023, frente a la ganancia del 14% del S&P.

Goldman Sachs, por su parte, prevé rentabilidades positivas, aunque bajas, en los próximos 12 meses para el mercado europeo.

EVEREST EN PRECIO

El mercado ha puesto en precio un escenario "Everest", en el que una rápida subida de los tipos de interés va seguida de una caída igualmente rápida, en lugar de un escenario "Table Mountain", en el que los tipos se estabilizan en niveles más altos, dijo Oliver Collin, codirector de renta variable europea de Invesco.

Eso significa que los valores que se vean favorecidos por unos tipos de interés más altos podrían estar cotizando con un descuento en relación con los riesgos, y por tanto tener potencial alcista, afirmó.

"Las acciones que se benefician de 'Table Mountain' son los mismos tipos de acciones que se benefician de la subida de tipos... por ejemplo, bancos, financieras, aseguradoras. Y estas acciones están cotizando muy, muy baratas porque el mercado está diciendo 'es el Everest'".

Las previsiones de beneficios por acción (BPA) de los bancos europeos para dentro de 12 meses se encuentran actualmente en su nivel más alto desde 2008, pero sus acciones están un 70% por debajo de sus máximos de 2007, después de que las turbulencias del sector bancario en marzo sacudieran a los inversores.

Los valores europeos con mejores resultados, como algunas de las empresas de ingredientes químicos, artículos de lujo y hardware tecnológico, podrían pasar apuros porque parecen caros, según Collin.

Las mayores empresas europeas por valor de mercado -el fabricante de artículos de lujo LVMH y el farmacéutico Novo Nordisk- cotizan a 20 y 34 veces las previsiones de beneficios por acción a 12 meses, respectivamente.

LVMH ya ha informado de un menor crecimiento de las ventas en el tercer trimestre.

En los últimos 50 años, cuando los bancos centrales han dejado de subir los tipos, la renta variable europea ha tendido normalmente a subir - cuando ese final no ha ido seguido de una recesión económica.

Cuando el final de un ciclo de endurecimiento ha desembocado en una recesión, le ha seguido una corrección del 20% o más, según muestran los datos de BofA.

Ayesha Akbar, gestora de carteras multiactivos de Fidelity, se decanta por los sectores defensivos, como la sanidad y los bienes de consumo básico, ya que "el futuro se presenta difícil para la renta variable europea... Es probable que los tipos tengan que seguir siendo restrictivos durante algún tiempo".

McLennan, de First Eagle, afirmó que la debilidad del euro respaldaba en parte las perspectivas de la renta variable europea. La moneda única se encamina a una tercera caída anual frente al dólar.

"Existe cierta posibilidad de que la renta variable europea, tanto por su valoración como por la de su divisa, pueda hacerlo mejor que la estadounidense durante un periodo de tiempo".