Por Stephanie van den Berg y Anthony Deutsch

LA HAYA, Países Bajos (Reuters) -Los jueces del máximo tribunal de las Naciones Unidas ordenaron el viernes a Israel que detenga su asalto militar a la ciudad de Ráfah, en el sur de la Franja Gaza, en una decisión de emergencia histórica en el caso en que Sudáfrica acusa a Israel de genocidio.

Si bien la Corte Internacional de Justicia (CIJ) no tiene medios para hacer cumplir sus órdenes, el caso fue una clara señal del aislamiento mundial de Israel por su ofensiva en Gaza, especialmente desde que comenzó operaciones contra Rafah este mes pese a los pedidos de su aliado más cercano, Estados Unidos.

En la lectura del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el presidente del organismo, Nawaf Salam, dijo que las medidas provisionales ordenadas por el tribunal en marzo no abordaban plenamente la situación actual en el asediado enclave palestino, que se ha deteriorado, y que se habían cumplido las condiciones para una nueva orden de emergencia.

"El estado de Israel deberá (...) detener inmediatamente su ofensiva militar, y cualquier otra acción en la gobernación de Rafah, que pueda infligir a los palestinos en Gaza condiciones de vida que puedan provocar su destrucción física total o parcial", afirmó.

Israel no había explicado cómo mantendría a salvo a la población durante una evacuación de Rafah, ni cómo proporcionaría alimentos, agua, sanidad y medicinas a los 800.000 palestinos que ya habían huido del avance israelí, afirmó.

La CIJ ordenó a Israel que abria el paso fronterizo de Ráfah entre Egipto y Gaza para permitir la entrada de ayuda. Israel, añadió, debe facilitar el acceso a los investigadores e informar sobre sus avances en un mes.

La decisión fue adoptada por el panel de 15 jueces internacionales en una votación de 13 a 2, con la única oposición de los jueces de Uganda y del propio Israel.

Sudáfrica calificó la decisión de innovadora.

La Autoridad Palestina, reconocida internacionalmente, afirmó que representaba un consenso mundial sobre la necesidad de poner fin a la guerra, aunque el portavoz presidencial Nabil Abu Rudeineh afirmó que no iba lo suficientemente lejos porque no detenía los combates en otras partes de Gaza.

Basem Naim, alto cargo de Hamás, dijo a Reuters: "Pedimos al Consejo de Seguridad de la ONU que aplique inmediatamente esta decisión de la Corte Internacional en medidas prácticas para obligar al enemigo sionista a aplicar la decisión".

"DESASTRE MORAL"

Los israelíes respondieron con indignación. El ministro de Finanzas de extrema derecha, Bezalel Smotrich, dijo que quienes exigían a Israel que detenga la guerra también exigían que deje de existir, algo que Israel no aceptaría.

El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, calificó la orden de "colapso y desastre moral" por no vincular la exigencia de detener los combates a la exigencia de que Hamás libere a los rehenes.

La orden se dictó una semana después de que Sudáfrica la solicitó en el marco de su demanda en la que acusa a Israel de violar la Convención sobre el Genocidio promulgada a raíz del Holocausto.

El CIJ es el máximo órgano de la ONU para conocer de los litigios entre estados. Sus fallos son definitivos y vinculantes, pero en el pasado han sido ignorados. El tribunal, que tiene su sede en La Haya, no tiene poderes coercitivos.

Israel ha rechazado en repetidas ocasiones las acusaciones de genocidio, alegando ante la corte que sus operaciones en Gaza son en defensa propia y están dirigidas contra los militantes de Hamás que atacaron Israel el 7 de octubre.

Israel inició este mes su asalto a la ciudad meridional de Ráfah, obligando a cientos de miles de palestinos a huir de una ciudad que se había convertido en refugio para cerca de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de la población.

Ráfah, en el extremo sur de Gaza, ha sido también la principal vía de entrada de ayuda, y las organizaciones internacionales afirman que la operación israelí ha aislado el enclave y ha aumentado el riesgo de hambruna.

Una decisión en contra de Israel podría aumentar la presión diplomática sobre el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.

El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional -un tribunal independiente con sede también en La Haya- anunció el lunes la presentación de una solicitud de órdenes de detención contra Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, así como contra dirigentes de Hamás.

El caso más amplio de Sudáfrica ante la CIJ acusa a Israel de orquestar un genocidio dirigido por el estado contra el pueblo palestino. La CIJ no se ha pronunciado sobre el fondo de esa acusación -podría tardar años-, pero ha rechazado la petición de Israel de desestimar el caso.

En sentencias anteriores, el tribunal ordenó a Israel que impida los actos de genocidio contra los palestinos y permita la entrada de ayuda en Gaza, pero no llegó a ordenar el cese de las operaciones militares israelíes.

Israel lanzó su guerra aérea y terrestre contra Gaza después de que militantes dirigidos por Hamás irrumpieron en comunidades del sur de Israel, matando a 1.200 personas y secuestrando a más de 250, según los recuentos israelíes. Más de 35.000 palestinos han muerto desde entonces en la ofensiva, según el Ministerio de Salud de Gaza.

(Reporte adicional de Mayaan Lubell en Jerusalén; escrito por Peter Graff; editado en español por Carlos Serrano)