Dos denunciantes anónimos han acusado a los guardabosques del Parque Nacional de Ruaha de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzosas, desalojos, torturas y confiscaciones de ganado perpetradas contra los aldeanos locales, según el mecanismo independiente de denuncias del Banco Mundial.
"El Banco Mundial está profundamente preocupado por las acusaciones de abusos e injusticias relacionadas con el... proyecto en Tanzania", declaró un portavoz en un comunicado. "Por lo tanto, hemos decidido suspender el desembolso de más fondos con efecto inmediato".
El portavoz del gobierno, Mobhare Matinyi, dijo que las acusaciones eran falsas pero que el gobierno estaba investigando "para ver si hubo alguna mala conducta por parte de algún miembro del personal para tomar las medidas oportunas".
Dijo que el tramo final suspendido del préstamo ascendía a 25 millones de dólares.
Varias iniciativas del gobierno tanzano para ampliar el turismo se han enfrentado a las críticas de los defensores de los derechos humanos, incluso en el norte del país, donde miles de masai han sido expulsados de sus tierras tradicionales.
Un informe del año pasado del Instituto Oakland, un grupo de reflexión con sede en California, acusaba a los guardas del parque de Ruaha de violencia sexual, y afirmaba que las comunidades locales de toda Tanzania estaban soportando el coste de generar ingresos por el turismo con el pretexto de proteger el medio ambiente.
El gobierno afirma que la expansión del sector turístico es clave para el desarrollo económico y que ha proporcionado una compensación justa a las personas desalojadas de sus hogares.
El proyecto del Banco Mundial fue aprobado por su junta en 2017 y se espera que finalice en febrero de 2025.
