El ataque a la escuela de Tsangaya el 9 de marzo se produjo dos días después del secuestro masivo de escolares en Kaduna, también en el norte. Esos estudiantes siguen desaparecidos.

El gobernador de Sokoto, Ahmed Aliyu Sokoto, declaró que los alumnos de Tsangaya fueron liberados el viernes tras una operación coordinada por el ejército y la oficina del Asesor de Seguridad Nacional.

"Todos los niños han sido encontrados sanos y están listos para reunirse con sus padres", declaró en un comunicado, sin dar detalles de la operación de rescate.

El propietario de la escuela, Liman Abubakar Bakuso, dijo que viajaba a la capital, Sokoto, para traer de vuelta a los alumnos.

"No se pagó ningún rescate porque no se pusieron en contacto conmigo y los padres de los niños tampoco estaban al tanto de nada que tuviera que ver con el pago del rescate", declaró Bakuso a Reuters.

Los secuestros a manos de bandas criminales sin afiliación ideológica que exigen rescates se han convertido en un hecho casi cotidiano, especialmente en el norte de Nigeria, desgarrando a familias y comunidades que tienen que reunir sus ahorros para pagar los rescates, lo que a menudo les obliga a vender tierras, ganado y grano para conseguir la liberación de sus seres queridos.