El gobierno de Biden publicó el martes una guía sobre su programa de subvenciones al combustible de aviación sostenible (SAF) que permite que el etanol a base de maíz pueda considerarse materia prima siempre que proceda de explotaciones que utilicen técnicas de cultivo respetuosas con el clima.

Es probable que el plan resulte agridulce para la políticamente poderosa industria estadounidense del etanol, que está ansiosa por asegurarse las subvenciones pero esperaba un obstáculo menor.

El transporte aéreo representa hasta ahora alrededor del 2% de la contaminación por carbono de EE.UU. y es una de las fuentes que crece con más rapidez.

El presidente Joe Biden espera que la creación de un mercado subvencionado para el SAE de bajas emisiones pueda contener esa amenaza y, al mismo tiempo, dar un impulso al país agrícola, un importante electorado en las elecciones presidenciales de noviembre.

"El presidente Biden, creo, comprendió intuitivamente el importante papel que la agricultura y los agricultores estadounidenses desempeñarían en este nuevo futuro", declaró el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, al anunciar el plan.

El SAF puede fabricarse con maíz, soja u otros productos agrícolas. Pero para acceder a las subvenciones del SAF que hacen económicamente viable su producción, las refinerías deben demostrar que su combustible es un 50% más bajo en emisiones que el combustible de aviación derivado del petróleo.

El SAF a base de etanol puede alcanzar ese umbral, según la guía, pero sólo si los cultivadores de maíz que lo suministran utilizan prácticas agrícolas que incluyan la siembra directa, el cultivo de cobertura y la aplicación eficiente de fertilizantes que puedan retener el carbono en el suelo.

El biodiésel a base de soja también cumplirá los requisitos como materia prima si su soja procede de granjas que utilizan la siembra directa y el cultivo de cobertura, según el anuncio.

El plan se basó en una actualización del modelo climático GREET que cubre las emisiones del ciclo de vida del etanol y otros biocombustibles en una variedad de circunstancias e incluye el impacto climático de los cambios relacionados con el uso de la tierra.

El grupo de presión de los biocombustibles había presionado mucho para que la actualización del GREET facilitara la calificación del etanol como materia prima de las SAE.

Sin embargo, a algunos grupos ecologistas e investigadores les preocupa que la estrategia SAF no aporte los beneficios climáticos prometidos, en parte debido a la incertidumbre científica sobre los beneficios de las técnicas agrícolas de siembra directa o de cultivos de cobertura.

A pesar de esas incertidumbres, Bill Hohenstein, director de la Oficina de Política Energética y Medioambiental del USDA, dijo que la administración confía en el plan.

"Disponemos de datos, análisis, información y modelos sólidos que respaldan las conclusiones de que estas prácticas sí tienen beneficios en cuanto a los gases de efecto invernadero", afirmó.