La reunión se produce cuando el general Dagalo, conocido como Hemedti, ha aparecido para presentarse como posible líder de un país que ahora alberga la mayor crisis de desplazados del mundo, con escasa ayuda que llega a millones de necesitados entre amenazas de hambruna.

También ha sido recibido por dirigentes de Uganda, Etiopía y Yibuti, lo que el jefe del ejército y jefe de Estado de Sudán, Abdel Fattah al-Burhan, calificó de "actos de hostilidad".

La amenaza de una mayor expansión de la RSF, que se ha apoderado del centro y de la mayor parte del oeste del país, ha provocado llamamientos a los civiles para que tomen las armas, y los observadores advierten de una guerra civil total.

El comité local de resistencia prodemocrática y antimilitar ha acusado a la RSF de matar a cientos de civiles, secuestrar y saquear en Wad Madani, capital del Estado de Gezira, del que se apoderó a finales del mes pasado.

Cientos de miles de personas habían buscado refugio allí desde la capital, Jartum, al norte. Los civiles de las aldeas agrícolas del estado informaron de una actividad similar, incluidos soldados de la RSF que asaltaban las casas exigiendo coches y mujeres.

Ese patrón, repetido a lo largo de la guerra, llevó a Estados Unidos a afirmar el mes pasado que la RSF ha cometido crímenes de guerra y contra la humanidad, así como limpieza étnica en el estado de Darfur Occidental.

En un discurso pronunciado el lunes antes de la reunión, Hemedti pidió disculpas por las violaciones cometidas en Gezira y afirmó que la dirección de la RSF estaba acorralando a "actores deshonestos".

"Pedimos a la comunidad regional e internacional que mire con optimismo nuestra lucha... hacia el nuevo futuro de Sudán tras alcanzar la paz", haciéndose eco de los llamamientos a la igualdad y la democracia que desde hace tiempo esgrimen los políticos civiles con los que se reunió el lunes.

Muchos de los miembros del grupo, entre ellos el ex primer ministro Abdalla Hamdok, habían sido expulsados del poder en 2021, cuando el ejército y la RSF encabezaron un golpe de Estado que puso fin a la transición democrática de Sudán tras la caída en 2019 de Omar al-Bashir.

En un discurso pronunciado a última hora del domingo, Burhan afirmó que quienes hacían concesiones a la RSF eran cómplices de sus crímenes.

Refiriéndose a conversaciones anteriores en Yedda, Burhan dijo que el camino hacia el fin de la guerra sería la salida de la RSF de las ciudades sudanesas y del estado de Gezira y la devolución de los bienes saqueados.

Los dos líderes han aceptado las invitaciones del organismo regional IGAD para reunirse, pero no se han anunciado los detalles del encuentro.

El ejército también ha sido acusado de crímenes de guerra por EE.UU. El Monitor de Derechos Humanos de Sudán afirmó en un informe el lunes que había matado a 118 personas en ataques aéreos sobre la ciudad occidental de Nyala a finales de diciembre.