"Creemos que las protestas y los bloqueos que se extienden más allá de tres meses pueden suponer un riesgo material para las operaciones de una mina, incluida la logística", dijo Fitch en un informe, destacando la incertidumbre sobre cuándo se resolverán los conflictos, especialmente en zonas con importantes yacimientos de cobre.

La nación sudamericana afronta desde diciembre una crisis política que ha provocado prolongadas protestas y bloqueos que han dejado decenas de muertos, tras la destitución del ex presidente izquierdista Pedro Castillo, que contaba con una importante base de apoyo entre las zonas empobrecidas del sur de la región andina.

Las mineras Buenaventura y Volcan, que operan únicamente en Perú, podrían afrontar un riesgo especialmente alto de interrupción debido a la falta de suministros y a los problemas para trasladar los productos a los puertos de la costa del Pacífico del país, dijo Fitch.

Sin embargo, las empresas con varios negocios de productos básicos y una liquidez sólida deberían poder realizar envíos a la costa con dificultades limitadas, dijo.

A principios de esta semana, el ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, dijo que el corredor minero clave del país estaba "prácticamente desbloqueado", y los datos de principios de este mes mostraban que las principales minas de cobre volvían a poner en marcha sus actividades a pesar de la incertidumbre.