India votó el lunes en la cuarta fase de unas elecciones generales de siete semanas de duración, mientras la retórica de la campaña se hacía más estridente sobre las disparidades económicas y las divisiones religiosas.

La nación más poblada del mundo comenzó a votar el 19 de abril en unas elecciones de siete fases en las que pueden votar casi mil millones de personas, y cuyo recuento de papeletas está previsto para el 4 de junio.

El primer ministro Narendra Modi busca un raro tercer mandato consecutivo en una votación que enfrenta a su partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP) con una alianza de más de dos docenas de partidos de la oposición, incluido su principal rival, el Congreso.

"Hago un llamamiento a todos para que voten por un gobierno decisivo", dijo Amit Shah, el poderoso ayudante de Modi y ministro del Interior del país, al comenzar la votación.

El lunes se celebrarán votaciones para 96 escaños en 10 estados y territorios, con 177 millones de personas con derecho a voto. Un gran número de escaños se encuentran en los estados meridionales y orientales de Telangana, Andhra Pradesh y Odisha, donde el BJP no es tan fuerte como en otras partes del país.

Se está vigilando de cerca la participación, ya que las cifras marginalmente más bajas de las tres primeras fases han suscitado preocupación por el desinterés de los votantes en unas elecciones sin un tema fuerte y central. También se está vigilando el impacto del clima caluroso en la votación, con máximas en muchas partes del país en torno a los 40 grados centígrados (104°F) o más.

La menor participación ha suscitado dudas sobre si el BJP y sus aliados pueden obtener la aplastante victoria que pronostican los sondeos de opinión.

Los analistas afirman que la menor participación llevó a Modi a cambiar el rumbo de su campaña tras la primera fase, pasando de centrarse en su historial económico a acusar al Congreso de planear la ampliación de las prestaciones sociales a la minoría musulmana a expensas de los grupos tribales desfavorecidos y las castas hindúes.

El Congreso ha negado haber hecho tal promesa y ha afirmado que Modi está nervioso por la participación, lo que el BJP niega.

Alrededor del 80% de los 1.400 millones de habitantes de la India son hindúes, pero también cuenta con la tercera población musulmana más grande del mundo, de unos 200 millones de personas. Las encuestas sugieren que los votantes están más preocupados por el desempleo y la subida de precios.

Liderado por Rahul Gandhi, el Congreso aboga por una mejor representación y programas de bienestar para los grupos pobres y desfavorecidos de la India, afirmando que la desigualdad de la riqueza ha empeorado durante los 10 años de mandato de Modi, acusación que rechaza el gobierno.

La alianza opositora INDIA, liderada por el Congreso, recibió una inyección de moral antes de la votación del lunes cuando el Tribunal Supremo concedió la libertad bajo fianza temporal a Arvind Kejriwal, ministro jefe del territorio de la capital nacional de Delhi y líder clave de la oposición, permitiéndole hacer campaña.

Kejriwal es un feroz crítico de Modi y fue detenido un mes antes de las elecciones en un caso de soborno relacionado con la política de bebidas alcohólicas, lo que desató acusaciones de que el gobierno de Modi pretendía paralizar a la oposición mediante investigaciones y detenciones.

Kejriwal niega las acusaciones de corrupción, mientras que el gobierno afirma que no influye en las fuerzas del orden.