Por Joan Faus y Belén Carreño

BARCELONA/MADRID, 26 jul (Reuters) - España puede verse abocada a una repetición de las elecciones inconclusas del domingo, a menos que los partidos separatistas catalanes cedan en sus demandas de un referéndum de independencia a cambio de su apoyo.

Después de que ni el bloque de la derecha ni el de la izquierda obtuvieran suficientes escaños para formar una mayoría, los partidos separatistas catalanes Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts se han convertido en piezas claves para que uno de los bloques consiga la mayoría. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, necesita sus 14 votos parlamentarios para formar un Gobierno de coalición de izquierdas.

Junts --que controla siete escaños y es el más radical de los dos grupos en el tema de la independencia-- dijo el lunes que sus condiciones para apoyar a Sánchez en la votación de investidura eran el permiso para celebrar un referéndum en Cataluña sobre la independencia y una amnistía para todos los separatistas que enfrentan cargos legales relacionados con el fallido intento de independencia de la región en 2017.

Junts fue fundado ese mismo año por el expresidente regional catalán Carles Puigdemont, que vive en un exilio autoimpuesto en Bélgica para evitar ser procesado en España por liderar el intento de secesión.

El rival de Junts, ERC, que actualmente dirige el Gobierno regional y también controla siete escaños en el Parlamento nacional, desempeñó un papel decisivo en 2020 al votar a favor de la investidura de Sánchez a cambio de diálogos sobre el conflicto político de Cataluña.

A diferencia de Junts, en ocasiones ERC ha ayudado a Sánchez a aprobar leyes. Para renovar su apoyo, quiere conversaciones para armonizar las relaciones, recortar las aportaciones de la región a las arcas públicas nacionales y arrebatar al Gobierno central el control del sistema de trenes interurbanos.

Ramón Tremosa, diputado de Junts en el Parlamento catalán, dijo que los socialistas de Sánchez tendrían que mejorar significativamente las concesiones anteriores o enfrentarse de nuevo a las urnas.

"Es filet mignon o elecciones", dijo Tremosa, añadiendo que los socialistas podrían empezar haciendo gestos simbólicos, por ejemplo permitiendo el uso de la lengua catalana en el Parlamento de la Unión Europea.

El vicepresidente de Junts, Josep Rius, que fue jefe de gabinete de Puigdemont durante la fallida apuesta separatista, dijo que las exigencias del partido eran claras: "Referéndum acordado, vinculante y validado."

Pero conceder un referéndum sería un anatema para muchos españoles ya enfadados por el indulto de Sánchez a nueve líderes encarcelados del intento independentista y por anular el delito de sedición por el que fueron condenados.

"La cuarta (mayor) economía del euro no puede estar sometida a grupos y a políticos, algunos de ellos prófugos y otros de ellos en los que han dicho muy claramente que no les interesa España", dijo el martes el líder del conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que obtuvo el domingo el mayor número de escaños.

Feijóo también intenta formar Gobierno, pero varios partidos regionales han dicho que no le apoyarán porque supondría dar entrada al partido ultraderechista Vox.

Sería prematuro descartar las posibilidades de Sánchez de llegar a un acuerdo, ya que ha demostrado ser un hábil operador político: recuperó el liderazgo del Partido Socialista tras ser destituido en 2016 y se hizo con el poder dos años después al persuadir a muchos partidos, incluidos los separatistas catalanes, para que se unieran y así expulsar al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, del PP, en una moción de censura.

Sánchez dijo el lunes al Consejo de su partido que está seguro de que puede evitar una repetición de las elecciones porque se alcanzará un acuerdo, dijo una fuente socialista. El presidente del Gobierno no tiene prisa inmediata por mover ficha, dijeron la fuente y otra más.

Sin embargo, Sánchez, que rechaza la independencia de Cataluña, lleva tiempo diciendo que se opone a un referéndum o a una amnistía.

Por esta razón, una tercera fuente socialista dijo que cualquier acuerdo con Junts estaba lejos de ser seguro y dos fuentes separatistas dijeron que es poco probable que las partes lleguen a un acuerdo.

"Junts mantendrá su línea de referéndum o nada", dijo Joan Esculies, analista político catalán. "Creo que iremos hacia una repetición electoral".

Incluso si Sánchez estuviera dispuesto a ceder, un referéndum podría resultar difícil de implementar. Después de que los separatistas celebraran un referéndum no pactado con Madrid en 2017, el Tribunal Constitucional dictaminó que era ilegal.

Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno nacional en funciones, dijo el martes que el Gobierno solo operaría dentro del marco constitucional para abordar el conflicto catalán.

Pero Yolanda Díaz, líder del partido Sumar que gobernaría en coalición con los socialistas si logran alcanzar la mayoría, dijo que su partido entraría en conversaciones "sin líneas rojas".

En un guiño a los separatistas, Díaz ha asignado al legislador Jaume Asens, un abogado que asesoró a Puigdemont en 2017 sobre dónde huir para evitar la extradición a España, para liderar las negociaciones con Junts, dijo una fuente de Sumar. Un asesor cercano a Asens declinó hacer comentarios.

La oportunidad de los separatistas llega en un momento en el que el apetito por la independencia está disminuyendo. Una encuesta del 29 de mayo al 26 de junio realizada por la empresa de encuestas regional de Cataluña CEO encontró que el 52% de las personas en la región se declararon en contra de la idea y el 42% a favor, por debajo de un máximo de 49% de apoyo en octubre de 2017.

Sin embargo, otra encuesta realizada en abril por CEO mostró que el apoyo a un referéndum sigue siendo alto, del 77%.

Los partidos separatistas perdieron una parte significativa de sus votos en las elecciones del domingo frente a los socialistas, lo que, según el Gobierno, refleja el apoyo a sus esfuerzos por calmar la situación y confirma que hay poco apetito por un referéndum.

Es un sentimiento compartido por el sector empresarial de Cataluña, que ha perdido terreno frente a Madrid desde la crisis política de 2017.

"Lo que ciertamente no queremos es estar volviendo a donde estábamos hace unos años porque ese nivel de inestabilidad y perturbación es realmente malo para las inversiones", dijo el jefe de la filial española SEAT de Volkswagen con sede en Barcelona, Wayne Griffiths.

ERC y Junts perdieron 550.000 votos en las elecciones del domingo respecto a 2019, y un tercio de sus 21 escaños, mientras que los socialistas ganaron 418.000 votos en Cataluña.

Pero fuentes separatistas dijeron que creen que los catalanes optaron por el voto útil para impedir que Vox entre en el Gobierno, y están convencidos de que pueden volver a convencer a sus seguidores.

Rius dijo que la disposición de su partido a pactar dependía de Sánchez.

"La pelota está en el tejado de Pedro Sánchez", dijo Rius. "Si hay repetición, no será responsabilidad de Junts".

(Reporte de Joan Faus en Barcelona y Belen Carreno en Madrid; Redacción de Charlie Devereux; Edición de Aislinn Laing y Rosalba O'Brien, editado en español por José Muñoz)