Armados con sombreros de ala ancha y paraguas para mayor protección, los turistas se tomaron selfies junto a un termómetro de 12 metros de altura que mostraba en tiempo real una temperatura superficial de 80 Celsius (176 Fahrenheit), según mostró el miércoles la televisión estatal china.

Cada verano, los turistas curiosos se reúnen en las Montañas Llameantes, en el borde norte de la Depresión de Turpan, en la región china de Xinjiang, para admirar sus laderas onduladas de arenisca marrón rojiza y sentir el calor sobrealimentado que emana del suelo.

En los últimos días, las temperaturas en Xinjiang y otras partes de Asia, así como en Europa y Estados Unidos han batido récords, lo que añade una nueva urgencia para que las naciones de todo el mundo aborden el cambio climático que, según los científicos, hará que las olas de calor sean más frecuentes, graves y letales.

El domingo, un remoto municipio de la Depresión de Turpan registró una temperatura máxima de 52,2C, pulverizando el récord nacional chino de 50,3C que también se estableció en la cuenca en 2015.

Ese día, la ciudad oasis de Turpan, al oeste de las Montañas Llameantes, registró temperaturas en 31 estaciones meteorológicas locales por encima de los 45C, y la máxima en cinco de ellas superó los 50C, según informaron el miércoles los medios estatales.

Los agricultores de Xinjiang, uno de los mayores productores mundiales de algodón, han recibido instrucciones de intensificar el riego y la irrigación para evitar que sus cosechas se marchiten bajo el sol abrasador.

El martes, Pekín registró su 27º día de temperaturas superiores a 35C, estableciendo un nuevo récord de días de altas temperaturas en un año. El récord anterior de la capital china era de 26 días, establecido en 2000.

El sofocante calor se produce mientras enviados de China y Estados Unidos -los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo- mantienen esta semana en Pekín intensas y maratonianas conversaciones sobre la lucha contra el cambio climático.