Ver subir la bolsa casi todos los días casi puede hacernos pensar que los árboles están alcanzando el cielo. Siempre podemos intentar tranquilizarnos pensando que "esta vez es diferente". Desgraciadamente, con este planteamiento, es probable que la reacción sea severa. A modo de recordatorio, la narrativa actual gira en torno a las ganancias de productividad generadas por la IA, pero también por un rápido retorno de la inflación hacia el 2%. Si bien los resultados publicados hasta ahora han reforzado más bien la convicción de los inversores, la publicación del índice de precios al consumo estadounidense ha supuesto un jarro de agua fría. El IPC subyacente (excluidos la energía y los alimentos) se situó por encima de las expectativas, en el +3,9% interanual, frente al +3,7% previsto. En su versión mensual, los precios subieron un +0,4% frente al +0,3% esperado.

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Fuente: MarketScreener

Los rendimientos estadounidenses a 10 años se tensan

La consecuencia de estos datos no se hizo esperar: los índices estadounidenses cayeron el Día D, mientras que el rendimiento de los bonos subió. Más concretamente, el rendimiento de la deuda estadounidense a 10 años salió de una zona de acumulación en la parte alta, superando el 4,23/4,25% y allanando el camino para un nuevo repunte hacia el 4,40/43%, o incluso el 4,60% en el extremo. Por extensión, la probabilidad de un recorte de tipos en marzo ha caído del 60% en enero al 8,5% el jueves pasado, mientras que apenas supera el 30% para mayo.

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Cinco vencimientos estadounidenses a un año - Fuente: MarketScreener

Aun así, la confianza de los inversores no parece haber sufrido un verdadero golpe, como demuestran los nuevos máximos históricos registrados por los índices estadounidenses. Sin embargo, el periodo actual sugiere una manía por todo lo relacionado con la tecnología. La prueba está en la subida del Super Micro Computer, que se ha disparado casi un 50% en una sola semana... Los más veteranos recordarán los finales de los 90, cuando las puntocom eran las "IA" del momento. Esperemos, sin embargo, que la llamada de atención no sea tan brusca.