La semana pasada estuvo marcada por la subida de 25 puntos básicos de los tipos directores de los bancos centrales estadounidense y europeo, que los situaron en el 5% y el 3,75%, respectivamente. Esto era ampliamente esperado y a los inversores no les pilló desprevenidos. En su discurso, Jerome Powell se escudó en los próximos datos económicos para establecer el camino a seguir, al tiempo que insistía en que no habría recortes de tipos de aquí a finales de año e incluso en un mayor endurecimiento monetario si fuera necesario. En este sentido, el mercado sigue yendo en contra de la Fed y continúa anticipando recortes de tipos a partir de este verano.
 
El BCE, por su parte, emite una señal ligeramente diferente. Aunque la mayor parte del trabajo ya está hecho, todavía cabe esperar algunas subidas de tipos más, sin duda del orden de 25 puntos básicos, antes de que se inicie una fase de relajación cuantitativa.

Un informe sobre el empleo que no ayuda a la Fed
 
En estas condiciones, había que esperar a la publicación del informe sobre el empleo en Estados Unidos para obtener algunas indicaciones suplementarias sobre el estado de ánimo de la comunidad financiera. Y no nos decepcionó. La variación de las nóminas no agrícolas de abril fue de +253.000, frente a los 185.000 previstos, con una tasa de desempleo que bajó 2 puntos, hasta el 3,4%. En resumen, el empleo estadounidense sigue siendo especialmente resistente, lo que no ayuda a la Reserva Federal.
 
La conclusión es que la rentabilidad a 10 años estadounidense sigue consolidándose plana dentro de un estrecho rango de 3,63/3,31%, mientras que su homóloga alemana sigue bajo presión bajista por debajo del 2,55%. Podemos centrarnos en la reunión del Banco de Inglaterra BoE del jueves, para dar a los inversores un poco de orientación.
Taux
Fuente: Bloomberg